Enemistan a los Garro cartas de Octavio Paz

AutorAntonio Bertrán

La propiedad de 23 cartas de amor que Octavio Paz envió a Elena Garro en 1935 ha provocado una serie de recriminaciones entre Helena Paz Garro (DF, 1939) y su primo Jesús Garro Velázquez.

Paz Garro, hija y heredera de la escritora fallecida en agosto de 1998, afirmó que dichas misivas, parte de un lote de 60 cartas del Nobel que ella vendió a la Biblioteca de la Universidad de Princeton, le fueron robados por su primo, quien después de la muerte de su madre pasó varias temporadas en su casa de Cuernavaca.

Dicha correspondencia fue vendida en noviembre del año pasado por Garro Velázquez (DF, 1952) a un coleccionista privado, quien a su vez las ofreció en venta el pasado enero a la Fundación Octavio Paz, sin haber recibido todavía una respuesta (REFORMA 11/03/2002).

Garro Velázquez, hijo de Albano, el hermano menor de Garro, afirmó que su prima olvida las cosas porque "es alcohólica y mezcla tranquilizantes con anfetaminas". Tras indicar que compró las 23 cartas, exhibió un recibo donde aparece la firma de Paz Garro.

El monto pagado, mismo que pidió no publicar, representa el 6.5 por ciento de la cantidad que obtuvo por la venta de las cartas al coleccionista.

A pesar de sus afirmaciones, en el mencionado recibo, fechado el 23 de febrero del 2001, no se especifica que el pago haya sido por la compra de las cartas firmadas por Paz, sino por la "cesión de derechos sobre toda la correspondencia de Elena Garro Navarro".

¿No le parece un abuso haber pagado esa cantidad por los derechos de toda la correspondencia de Garro?, se le preguntó. "Helena estaba vendiendo a lo loco las cosas a Princeton y mientras revisábamos las cajas de mi tía apareció un sobre manila con estas 23 cartas. Le ofrecí una cantidad y ella aceptó, y además establecimos que se iba a quedar con 9 del 10 por ciento de las regalías sobre la venta del libro que yo quería hacer con estas misivas".

Originalmente, el periodo de la cesión de derechos era por cinco años, según un contrato anexo al recibo que mostró, el cual no se formalizó entonces ante notario público. El documento también facultaba a Garro Velázquez para "promocionar, vender y editar dicha correspondencia con fines comerciales", lo cual intentó hacer con las 23 cartas en editorial Alfaguara.

"Nos pareció raro el poder, que era por un año pero no establecía a partir de qué fecha, así es que llamé a Helena Paz y me dijo que los derechos de las cartas de su padre eran de su viuda, Marie José Paz, y que ella nunca iba a...

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