Encuestas y resultados: Un electorado imprevisible

AutorAlejandro Moreno

Desde la noche del 2 de julio ha sido común preguntarse qué pasó con las encuestas preelectorales. Dado que casi todas las encuestas públicas no partidistas mostraban una contienda muy cerrada entre el candidato del PRI, Francisco Labastida, y el panista Vicente Fox, con alguno de ellos aventajando hasta por dos o tres puntos, la pregunta resulta más que legítima. Ninguna de esas encuestas advirtió lo que a la postre sería un claro triunfo del guanajuatense.

Las explicaciones ofrecidas hasta ahora por los especialistas comienzan a constituir una lista que debemos poner a consideración. Por orden de aparición, revisaremos tres explicaciones: el "efecto Nicaragua", la "asignación de indecisos" y los "cambios de último momento". Además, se presenta una explicación alternativa: la de los "votantes probables". Cabe señalar que no hay un factor único que explique el por qué de las diferencias entre los resultados de las encuestas preelectorales y los resultados de la elección. Simplemente se podría tratar de una combinación de todas. Sin embargo, la lógica y la evidencia presentadas aquí juegan en favor de la hipótesis de los votantes probables.

El efecto Nicaragua

Una primera explicación de por qué las encuestas no fueron precisas hace referencia al temor de los ciudadanos en dar a conocer sus preferencias electorales. Hay quienes argumentan que este fenómeno se dio en Nicaragua en 1990, cuando las encuestas decían que los sandinistas ganarían las elecciones, pero al final los votantes eligieron como presidenta a Violeta Chamorro, candidata de la Unión Nacional Opositora. La explicación es que los votantes de la oposición no manifestaban su simpatía por UNO en las encuestas dado que creían que el clima de opinión era favorable a los sandinistas y por lo tanto, decir la verdad podría ser sujeto a represalias.

Sin embargo, la experiencia de encuestar en México no ha dado indicios de que los mexicanos mientan a las encuestas por temor. Ahí está el récord de las encuestas públicas.

El récord de Reforma es un botón de muestra. En 36 procesos electorales de 1994 al 2000 (que incluyen tres elecciones federales, las elecciones para gobernador en 29 de los 31 estados, el Distrito Federal en dos ocasiones y la elección interna del PRI para seleccionar a su candidato presidencial en 1999) las encuestas realizadas han pronosticado correctamente el ganador en 32 ocasiones, teniendo así un 89 por ciento de efectividad.

En cuanto a su fundamento teórico, la hipótesis del "efecto Nicaragua" es débil. En el caso mexicano, tal efecto hubiera requerido de algunas condiciones: por ejemplo, la ausencia de competencia política electoral o la percepción de los encuestados de que sería sancionado al expresar preferencias en favor de quienes no eran percibidos como mayoría.

En cuanto...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR