Encuesta / Encuestas: ¿qué hacer?

AutorAlejandro Moreno

Cuando las encuestas electorales hicieron su aparición en los medios mexicanos en los años ochenta, sus resultados eran vistos como un "candado" contra el fraude, como un contraste entre las preferencias ciudadanas y los cuestionables resultados de las elecciones. Las encuestas eran una de las virtudes del advenimiento democrático. Hoy, sin embargo, las encuestas son las que se cuestionan, tanto por las fallas que tuvieron en este 2012, como por los usos que se les ha dado desde tiempo atrás. Algunos afirman que las encuestas no sólo se equivocan, sino que se falsean y se manipulan. Las encuestas enfrentan no solamente otra crisis de credibilidad que se suma a un dañado historial, sino también intentos legales por restringirlas e, incluso, por borrarlas de las elecciones. No es saludable que los instrumentos de medición de la opinión pública, esa fuerza crítica y vital de la democracia, no cumplan a cabalidad su función de informar confiablemente a la ciudadanía; pero tampoco lo es sobrerregularlas y mucho menos suprimirlas. ¿Qué hacer entonces con las encuestas?

Fortalecerlas

Las encuestas son un vibrante componente de la democracia electoral, pero el momento político y moral por el que pasan en el país requiere reflexión y, sobre todo, acción. Es necesario transparentar más las encuestas, entender mejor su naturaleza, documentar su desempeño histórico, promover su potencial y al mismo tiempo estar conscientes de sus limitaciones.

Reconocer su actual crisis

Hay quienes no creen que haya crisis de credibilidad en las encuestas, pero.... Aunque en otras ocasiones los errores han sido dejados al olvido, en este 2012 las fallas de las encuestas quedaron archivadas en un litigio electoral. Por primera vez en la historia, éstas se introdujeron como elemento de impugnación para invalidar la elección presidencial. El argumento de la Coalición Movimiento Progresista ante el Tribunal Electoral fue que las encuestas se utilizaron como propaganda política a favor del candidato del PRI-PVEM y que habían influido en los votantes.

No pensar que hubo exoneración

El Tribunal declaró infundados los planteamientos de impugnación argumentando que no existían en el expediente elementos suficientes para "advertir una manipulación de los resultados de las encuestas, tanto en su realización como en su difusión, que configuren una violación a los principios de la libertad del sufragio activo" (documento SUP-JIN-359/2012, página 496). También manifestó que no había encontrado pruebas de que los resultados de encuestas hayan sido manipulados o que hayan tenido "la finalidad de ser utilizadas como propaganda electoral" (misma página). Ante esa sentencia, algunos encuestadores se sintieron redimidos y manifestaron que el Tribunal los había "exonerado" 1. Pero en realidad la decisión del Tribunal no fue una postura ante las encuestas, sino una resolución a la impugnación legal "con base a las pruebas que obraban en el...

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