Encuentros con México / En el umbral del Sol

AutorRicardo Diazmuñoz y Maryell Ortíz de Zárate

Cuando se llega a Xochitécatl, distante a 23 kilómetros de Tlaxcala y a 2 mil 390 metros sobre el nivel del mar, la bruma del alba siluetea maizales y arboledas. Desde poco antes de las 6 de la mañana, grupos de danzantes y viajeros se encaminan ya hacia la Pirámide Xochiteocalli ("Casa sagrada de las flores" o "templo de las flores"), la construcción más distinguida del centro ceremonial y la más grande. Con suerte, cuando pases frente a la Pirámide de la Espiral, en su cúspide vislumbrarás una cruz esfumada entre la bruma.

Al llegar al Templo de las Flores, consagrado a Xochiquetzalli, diosa de la fertilidad, de las flores, de la alegría y del amor, ya habrá reunidas varias decenas de personas, muchas vestidas de blanco.

Cuando arribes a la plataforma superior, la cuarta en extensión de la República Mexicana, contempla los horizontes, te asombrará la enorme extensión de la planicie poblano-tlaxcalteca. Hacia el oriente el volcán Matlalcueyec, más conocido como La Malinche, por donde se asomará el sol; hacia el poniente, el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl. Ve muy arropado, a esa hora el frío cala hasta la médula.

La ceremonia

A las 6 en punto, los sanadores saludan a los cuatro vientos. Suenan los caracoles, las ocarinas, los cascabeles. Humo de copal por todas partes. Cuando el sol emerge, cientos de manos se elevan hacia la luz. Vuelan las plegarias, las peticiones y rezos, los agradecimientos.

Poco antes de las 7:00 horas, el jefe de los sanadores nos pide que vayamos hacia la Puerta del Equinoccio, también llamada Puerta del Sol, para que podamos contemplar, a través del vano, el movimiento solar.

Después del ritual "Puerta del Sol" y de danzas prehispánicas interpretadas por el Ballet Tierra Joven, el Ballet Fiesta, el Ballet Fuego Nuevo y el grupo de danza Cecye núm. 8., se inicia un espectáculo desconcertante entre el escándalo de caracoles.

El jefe de los sanadores va de un lado a otro micrófono en mano. De pronto te darás cuenta que se trata de una escenificación metafísica. Las voces y la música amplificadas por las bocinas rompen el encanto y la paz del lugar. Los otros sanadores, vestidos de diversos colores, representan a los arcángeles y sus complementos divinos. Y "aparecen" Uriel y Rafael. Las recitaciones parecen sacadas de los libros de Metafísica de Connie Méndez.

El sonido de este grupo y sus cantos se vuelven una falta de respeto para la gente que no tiene esas creencias y quiere escuchar el canto de las aves, el...

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