Encuentros con México / Una geografía fabulosa (VII)

AutorRicardo Diazmuñoz y Maryell Ortíz de Zárate

"Saborear la canción del agua, oírla cuando silenciosa se disfraza de rocío"

Basilio Barranco Lima

Huichapan (Continúa)

La calle Felipe Ángeles (la continuación es Francisco I. Madero) nos conduce hacia el núcleo formado por el Lienzo Charro, el Casino Charro y el palenque; en la plazuela se yergue la estatua ecuestre dedicada a los jinetes campiranos. Metros más adelante nos introducimos al cementerio para admirar los mausoleos de cantera; entre ellos destaca el de la familia Villagrán; algunos conservan aún su fúnebre elegancia.

Dejando atrás el camposanto recalamos en la capilla del Calvario (1751-1754), también auspiciada por el capitán Manuel González. Una vez más nos deleitamos con las excelencias de la cantera labrada. La andanza nos lleva hasta el Portalillo del Amor, en la calle Manuel Chávez Nava, absorbente rinconcito que nos detiene un buen rato cuando el sol parpadea su crepúsculo entre los árboles.

Le aconsejamos que salga temprano hacia Sabina Grande (a 1.2 km) para desayunar en el establecimiento de Martín García Cruz. Sólo abre los domingos de 7:00 a 11:00 horas, lapso en el que atiende un promedio de 400 comensales. Las especialidades de la casa son la barbacoa de borrego criollo y el menudo. Consumo promedio por persona, entre 40 y 60 pesos.

Un kilómetro y medio adelante del restaurante se encuentra una zona de pinturas rupestres; son más elementales que las de Boyé, localizadas a 4 kilómetros rumbo a Ixmiquilpan. El conjunto más bello de este sitio lo integran sencillas y expresivas figuras humanas.

Hacia Tecozautla

A 2 kilómetros de Huichapan, por la carretera asfaltada 45, se puede dar un chapuzón en el balneario Camino Real. Luego, es placentero detenerse en Bondojito (a 8 km) y pasear unos minutos por la antigua hacienda para conocer, en la ranchería, La Santa Cruz (se desconoce la fecha exacta de la fundación de la capilla; fue reparada en 1928). El viejo casco es, ahora, una maquiladora de ropa masculina. Después, hay que transitar dos kilómetros hasta los prismas de cantera. Los cortes en los grandes bloques de piedra crean un paisaje misterioso e inquietante. Caminar entre ellos es vagabundear entre el hechizo visual constante.

Volviendo a la carretera 45 nos encontramos con San Francisco (5 km). Conviene desviarse hacia San Joaquín (6 km) por la carretera que conduce a Tequisquiapan, para adquirir, o simplemente admirar, las artesanías en vara y los muebles en ratán elaborados, respectivamente, por Alfonso Mario...

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