Encuentros con México / En busca de los mayas

AutorRicardo Diazmuñoz y Maryell Ortíz de Zárate

"Tenemos aquí los recuerdos de un pueblo culto, brillante, singular..."

Laura Elena Sotelo

El estado de Yucatán es uno de los destinos más seductores del País y del mundo, no sólo por la fascinación que ejercen sobre el visitante los prodigios del universo maya, los cenotes, las grutas, la arquitectura de sus conventos y casonas virreinales, sus insólitas poblaciones, sus distinguidas mansiones porfirianas y sus haciendas henequeneras, varias de ellas convertidas en hoteles de lujo, sino también por las suculencias de la gastronomía, las fiestas, la afabilidad de su gente, el canto siempre evocador de sus trovadores, el prestigio de sus artesanías, sus museos, una oferta cultural extraordinaria todos los días en la ciudad de Mérida y, desde 2002, la posibilidad de asistir, los sábados, al espectáculo de Teatro Indígena en Ticopó, una pequeña población situada a 21 kilómetros de la ciudad de Mérida sobre la carretera que conduce a Cancún. En la representación participan 450 personas, entre niños, mujeres y hombres interpretando siete momentos de su vida.

Varios son los itinerarios que el viajero puede indagar en el territorio yucateco para adentrarse en el excepcional legado artístico de épocas pretéritas, en el asombro de sus reservas ecológicas, en la suavidad de su litoral, en la enorme extensión de sus llanuras donde, muy ocasionalmente, están insertas colinas de suave pendiente; por todo ello y mucho, muchísimo más, el estado merece varias visitas, así que no ande a las volandas queriendo conocer en un solo viaje las maravillas del estado, de hacerlo así se arrepentirá, porque Yucatán es un conjunto de universos entrelazados.

La ruta que elegimos en esta ocasión es la denominada Ruta Puuc, llamada así por el estilo arquitectónico que caracteriza a las antiguas construcciones mayas, donde predomina la presencia de Chaac, el dios de la lluvia. Nosotros la hemos denominado Ruta Sagrada, por la inefable sacralidad que aún persiste en sus centros ceremoniales.

Generalmente, los turistas se trasladan directo de Mérida a Uxmal y de este formidable centro ceremonial a las zonas arqueológicas que integran la ruta y conservan indeleble el espíritu que las creó. Los viajeros no hacen del tiempo su verdugo, se detienen en los poblados para disfrutar de su oferta y su entorno, conversan con los habitantes, se enteran de sus costumbres, saben que en todo asentamiento hay señales, un rincón o un monumento que ver.

Nosotros los invitamos a que transite...

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