Encuentran a Barragán en 'las mejores manos'

AutorDora Luz Haw

REFORMA/ Enviada

WEIL AM RHEIN.- No parece haber duda, aunque el archivo y los derechos del arquitecto más importante de América Latina, el mexicano Luis Barragán (1902-1988), pertenecen a una compañía suiza, están en las mejores manos posibles.

A pesar de que en México se armó una gran controversia cuando en 1995 Vitra adquirió esta herencia arquitectónica -que puso en venta la heredera Rosario Uranga-, ahora, pasado el tiempo y al conocer las condiciones en las que se encuentra, especialistas mexicanos coinciden, sin el menor titubeo, en que su cuidado no podría ser mejor.

La vocación y el profesionalismo con el que la arquitecta Federica Zanco se ha desempeñado como custodia de este acervo, terminó por convencer hasta aquellos que parecían más reacios ante la idea de que este tesoro artístico estuviera al cuidado de extranjeros, ya que además de ser restaurado con las mejores técnicas modernas, se está impulsando su estudio y difusión en todo el mundo.

El trabajo más espectacular de promoción inició el pasado junio cuando se inauguró la exposición Luis Barragán: la revolución silenciosa en el Museo Vitra de Diseño (en Weil am Rhein, Alemania), muestra que itinerará por varios países de Europa, Asia y Latinoamérica, para llegar a México, patrocinada por Techint, en el año 2002.

El museo, dirigido por Alexander von Vegesack, es uno de los más prestigiados espacios dedicados al diseño industrial en Europa y recibe alrededor de 40 mil visitantes al año.

A la apertura de la exhibición -que da fe de las obras más reconocidas, hasta algunos proyectos que quedaron inconclusos y documentos que nunca antes se habían abierto al público-, asistieron Maya Dávalos, titular de la Dirección de Arquitectura del Instituto Nacional de Bellas Artes; Juan Palomar, presidente de la Fundación de Arquitectura Tapatía (FAT), y la conocedora de Barragán, Louise Noelle.

Entre los invitados a esta fiesta con mariachis, papel picado y antojitos, se encontraban desde las herederas de Ignacio Díaz Morales (fundador de la FAT), hasta Sor Mercedes y Sor Consuelo, madres del Convento de las Capuchinas que erigiera Barragán; Enrique M. Loaeza Tovar, Embajador de México en Suiza; Guadalupe Salmerón, asistente del arquitecto, y Uranga -heredera del tapatío-.

Zanco, quien dirige la Fundación Luis Barragán, no podía negar su orgullo. Demostró que con una buena inversión económica, pero sobre todo, con una labor exhaustiva, fue posible evitar que el acervo se transformara en...

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