La encendida sonrisa que regala una tierra

AutorEsther González Jacques

Enviada

MEDELLÍN.- De la tierra de esta región colombiana brotan orquídeas, begonias, geranios, astromelias, azaleas y un sinfín de flores que le ayudan a mantener el apelativo de la Ciudad de la Eterna Primavera.

Pero es al oriente de Medellín donde la naturaleza exhibe con mayor fuerza su presencia: ahí se ubica la localidad de Santa Elena, una reserva forestal en la que los pobladores se dedican exclusivamente a la floricultura.

Cada año, en agosto, y en homenaje a su labor, se organiza la fiesta más importante de la región: El Festival de las Flores, una celebración que desde hace 51 años es el orgullo de los "paisas" (cariñosa manera de referirse a los habitantes de Medellín), pues en el 2006 fue nombrada Patrimonio Cultural de la Nación.

Bailes, conciertos y exhibiciones. Son muchos los eventos que se llevan a cabo para este festejo, pero el que se espera con mayor entusiasmo es el Desfile de Silleros, en el cual los campesinos caminan por las principales calles de Medellín, cargando en hombros enormes arreglos florales, fruto de lo mejor de su siembra.

Es una hermosa exhibición de los colores encendidos que regala la naturaleza. El naranja de la astromelia, el rojo de la cresta de gallo, el violeta de la estatis, el rosa fluorescente de la clavellina y el amarillo de la ruda. Todos estos colores dan vida a los diseños que cada familia participante, con mucha imaginación, crea.

Frases como "Gracias Antioquia", "Colombia y el Mundo" y "Caminos de paz" se forman con pétalos sobre las coronas que avanzan en esta procesión.

Los turistas pueden asistir a Santa Elena la noche de la víspera del cortejo para ser testigos de cómo cada miembro de la comunidad contribuyó en el proyecto con alguna tarea. Niños y adultos participan por igual.

Esta fiesta tiene su origen en la celebración del Corpus Christi, que se efectuaba en la zona a principios del siglo 20, cuando los pobladores salían a las calles con altares, tapetes y guirnaldas, y esparcían pétalos sobre las multitudes que se reunían a verlos.

De vuelta al pasado antioqueño

Para intimar con Medellín, otro sitio que conviene visitar es el Cerro Nutibara, una de las siete montañas que rodean a esta urbe.

Es un mirador con 80 metros de altura desde el que se admira por completo la ciudad y sus divisiones territoriales: la zona industrial, las comunas, el sector moderno con edificios construidos únicamente de ladrillo y el mismísimo río Medellín, que fluye del lado este.

Pero lo mejor de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR