Encargo no será tarea sencilla: experto

Víctor Sancho, corresponsal

WASHINGTON, EU., noviembre 2 (EL UNIVERSAL).- Presidir el Consejo de Seguridad de la ONU durante un mes, encargo que tiene desde ayer la Misión de México, encabezada por el embajador ante el organismo, Juan Ramón de la Fuente, no es una tarea sencilla.

Dirigir el órgano de más relevancia de la ONU, cuyas resoluciones tienen carácter de ley internacional, implica marcar la agenda de los problemas globales, pero su composición, con cinco países con derecho a veto, hace que los consensos sean casi inexistentes.

Según Dave Benjamin, doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Bridgeport y autor de varios trabajos sobre las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad tiene relevancia en la geopolítica, "posiblemente ahora más que nunca".

"Los asuntos van desde las apremiantes realidades del cambio climático hasta los abusos de los derechos humanos en Estados autoritarios y las atrocidades cometidas por igual por Estados y actores armados no estatales", destacó.

A pesar de eso, no hay demasiado margen de maniobra para quienes presiden este órgano. "En teoría, el presidente del Consejo de Seguridad establece la agenda; sin embargo, la cruda realidad es que el poder está en el P-5", detalló.

El P-5 es la denominación que reciben los miembros permanentes del consejo (Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido y China), con derecho a veto de cualquier resolución.

Para el experto, el poder que tienen estos Estados se resume en una frase que el periodista David Bosco escribe en su libro Five to rule them all: "La presidencia del Consejo de Seguridad es secundaria ante el enorme poder que puede ejercer el P-5".

México, en...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR