Encajan el hacha

"O pasa el hombre o pasa el balón", es una regla no escrita en el futbol, pero a algunos se les pasó la mano, el codo y hasta los tachones.

La calentura en un partido puede convertir a algunos futbolistas en verdaderos hacheros, que lanzan su guadaña sin pensar en las consecuencias que pueda sufrir un compañero de profesión.

A continuación un recorrido por las entradas más rudas en los últimos años en el futbol mexicano, algunas hacen dudar del verdadero oficio de los futbolistas, que bien podrían cambiar las canchas por una carnicería.

HACHERO: CARLOS CARRILLO

- Víctima: RAMÓN RAMÍREZ

- 15 de diciembre de 1991

- Santos vs. América

En 1991, Santos Laguna tenía a un jugador con tintes de ídolo, Ramón Ramírez. El nayarita era el motor de ese equipo, pero en un partido contra el América en el Estadio Corona sufrió una dura entrada que le fracturó la rodilla izquierda y que lo alejó nueve meses de las canchas. Fue Carlos Carrillo el culpable, un joven azulcrema que ese día tuvo su debut y despedida del futbol profesional, pues ya no volvió a jugar.

HACHERO: ANTONIO BRISEÑO

- Víctima: GIOVANI DOS SANTOS

- 28 de septiembre de 2019

- América vs. Guadalajara

La última fuerte entrada que provocó escalofríos en los aficionados fue la que le propinó Antonio Briseño a Giovani dos Santos en el Clásico Nacional. América ganaba 1-0 y era ampliamente superior y luego de una pared entre Gio y Federico Viñas, 'El Pollo' quiso parar a Dos Santos como sea y le clavó los tacos en el muslo derecho, cortándole capas de la piel y dejando expuesta la lesión. La imagen fue tan impactante que fue portada de medios digitales alrededor del mundo.

HACHERO: ÁNGEL DAVID COMIZZO

- Víctima: CARLOS HERMOSILLO

- 7 de diciembre de 1997

- León vs. Cruz Azul

Se jugaban los tiempos extra de la Final del Invierno 97. León y Cruz Azul igualaban 1-1 en el global, cuando Carlos Hermosillo buscó un centro largo en el área pero, de manera inexplicable, Comizzo, portero de los esmeraldas, se le fue con todo encima y primero le pegó con las dos manos en la cara y, cuando el Grandote de Cerro...

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