“En Topo Chico hubo una ejecución, no una riña”

MONTERREY, NL., junio 3 (EL UNIVERSAL).- Apenas el 26 de mayo pasado el gobernador del estado, Jaime Rodríguez Calderón, visitó el penal de Topo Chico para convivir con los internos y sus familias.

Seis días después se registró una riña que dejó tres muertos, 19 heridos y el repunte de la violencia en este reclusorio, catalogado como foco rojo por organismos defensores de los derechos humanos.

Para el secretario general de Gobierno, Manuel González Flores, los enfrentamientos “son consecuencia de que el gobierno estatal asumió el control de los penales después de la masacre registrada el 11 de febrero que dejó 49 internos muertos”.

Expuso que el estado, al retomar el control, terminó con un gran negocio que por años había existido en Topo Chico, que tiene que ver con la extorsión, las amenazas y el cobro de cualquier tipo de acción o prebenda.“Esto generaba un negocio fuerte dentro del penal y servía para apoyar a grupos de la delincuencia en el exterior”, dijo.

Acompañado por el procurador de Justicia, Roberto Flores Treviño, y el titular de...

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