'Un empresario no es un bisnero'

AutorErnesto Núñez

"Reconozcamos que los empresarios no estamos haciendo lo suficiente para combatir la corrupción en México". Cuando Alejandro Legorreta dijo esto en un foro empresarial, en febrero pasado, muchos de los presentes levantaron la ceja, se ajustaron el saco y se movieron en su silla.

"La inversión del sector empresarial mexicano en proyectos de la sociedad civil equivale a un paupérrimo 0.18 por ciento del PIB nacional. Ya se imaginarán la proporción de ese 0.18 por ciento que se destina a proyectos anticorrupción. Me da pena imaginarlo", continuó el joven empresario.

Era el discurso de bienvenida al Foro del Instituto VIF, una promotora de inversiones que cada año, desde 2008, reúne a 500 empresarios, inversionistas, líderes de opinión, políticos, emprendedores, académicos y estudiantes para debatir ideas sobre el desarrollo del país.

"La corrupción no es exclusiva del sector público. También se encuentra en el día a día del sector privado", insistió el anfitrión de aquel foro, "los empresarios debemos tener cero tolerancia con la corrupción en la iniciativa privada".

Legorreta dirige el Instituto VIF, la firma de inversiones Sabino Capital SC y, junto con su esposa Andrea, la Fundación Legorreta-Hernández. Desde el año pasado, ha impulsado iniciativas contra la corrupción, y no por casualidad: su activismo coincide con la inquietud de varios hombres de negocios que, justo después del escándalo de la Casa Blanca de Angélica Rivera y Enrique Peña Nieto, decidieron sumarse a la lucha de académicos y activistas en favor de la rendición de cuentas.

Legorreta admite que esta especie de cruzada de empresarios contra la corrupción es un hecho inédito, pues durante décadas lo que predominó fue el silencio y la convivencia con políticos corruptos.

Aquella tarde, en el Foro VIF, Legorreta quiso incomodar a los presentes machacando cifras inquietantes: "la corrupción nos cuesta 9 por ciento del PIB anualmente, es el principal factor que inhibe un buen entorno de negocios y roba el 14 por ciento de los ingresos de nuestras familias".

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"La corrupción es nuestro principal problema, es lo que está destruyendo el país. La corrupción, al final, está afectando igual al empresario que quiere invertir mil millones de dólares en México, que al campesino que está yendo al IMSS a buscar una medicina y tiene que pagar un moche para que se la den", reflexiona Legorreta.

Él mismo, cuando empezó a hacer obra social en su estado, Yucatán, se enfrentó a alcaldes que...

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