Empresa / ¿Ya la hicimos?

AutorAlberto Barranco Chavarría

La certeza del Presidente Vicente Fox de que éste será el gran año para la recuperación económica del País se sustenta en cuatro vertientes: un eventual crecimiento vertiginoso de la economía de Estados Unidos; la aprobación, finalmente, de las reformas estructurales en materia fiscal, energética y laboral; un ingreso extraordinario por exportación de petróleo, y el regreso de los flujos de inversión externa.

El problema es que ninguna de las columnas parece suficientemente sólida.

En el primer caso, los analistas vaticinan un bache en la tendencia alcista tras el proceso de sucesión en la Casa Blanca de noviembre; en el segundo, el incierto parecería más agudo que en el 2003, dado el clima de confrontación política frente a la disputa de 10 gubernaturas y el desborde de la sucesión presidencial; en el tercero, el boom actual llegará tan lejos como lo determine la crudeza del invierno; y en el tercero, aunque la mira de las apuestas está fija en América Latina, lo cierto es que Brasil lleva la punta...

De hecho, el 90 por ciento de los pronósticos de las corredurías privadas nacionales y extranjeras habla de un monto máximo de crecimiento económico del País de 2.2 por ciento... frente al 3.5 que plantea el Gobierno.

Más aún, los más pesimistas hablan incluso de un eventual colapso si no llega al menos una reforma fiscal de fondo y no se ofrece certeza a la inversión externa frente al incierto de la legalidad de las apuestas en materia de plantas de generación eléctrica.

Lo grave del caso, al margen de la oferta de campaña del Presidente Vicente Fox de un crecimiento sostenido de 7.5 por ciento durante el sexenio del cambio, es que éste podría agotarse con un saldo negativo para el País en relación con el crecimiento de la población... situación que no se veía desde el Gobierno del ex Presidente Miguel de la Madrid Hurtado.

Por lo pronto, el saldo negativo de 0.30 por ciento en el primer año; el 0.90 de crecimiento en el segundo y el estimado de 1.2 en el tercero, frente a un crecimiento poblacional de 4.17 por ciento, arrojan un desbalance de 2.37 por ciento.

Durante el régimen Delamadrilista, la población creció 10.16 por ciento en tanto la economía, tras los baches de -9.20 en 1983 y -3.82 en el 80, lo hizo sólo en 1.98, lo que arroja un saldo negativo de 8.18.

En contraste, con el Gobierno del ex Presidente Carlos Salinas de Gortari, aunque la población creció en un inaudito 15.43 por ciento, la economía lo hizo en 22.20, es decir el...

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