Empresa / A ritmo de zamba

AutorAlberto Barranco Chavarría

Su objeto cabía en sólo tres renglones: establecer pactos sociales con la sociedad y crear consensos en torno a las reformas que plantearía el Gobierno al Congreso, además de ayudar a crear, madurar y formular propuestas en los campos económico y social.

La lista inicial hablaba de dos, ambas con un grado superlativo de dificultad en la encrucijada de coherencia y consistencia entre principios y equilibrio: fiscal y laboral.

En ese marco, el abanico de representantes de la sociedad civil tendría que ser lo suficientemente amplio para evitar gritos de exclusión, y lo suficientemente compacto para evitar a su vez construir otra Torre de Babel.

La decisión, publicada el 5 de febrero pasado, apuntó a 82 representantes... además de 11 Ministros de Estado.

Presidido por el propio Lula Da Silva, el órgano lo coordina el Secretario Especial de Desenvolvimiento Económico y Social.

El número mayor de representantes, concretamente 22, lo mantiene el sector industrial, encabezado por el presidente de la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo en el ámbito privado, y por el público el presidente de la Compañía Siderúrgica Nacional. En escala descendiente, con 13, están los sindicatos, encabezados por la Central Unica de los Trabajadores, Fuerza Sindical y la Confederación General de los Trabajadores.

Más allá, existen 12 representantes de un ramillete que lo mismo alcanza al presidente de la Asociación Brasileira de Magistrados, al Colegio de Abogados y a representantes de las profesiones más socorridas, en paralelo a 11 abanderados de movimientos sociales, entre ellos la Coordinadora Ejecutiva de la Red de Entidades de Mujeres Negras.

En otro plano, la pluralidad alcanza a siete banqueros; cinco representantes del sector social, entre ellos el presidente de la Organización de Cooperativas Brasileiras; cuatro empresarios del sector servicios, uno de los cuales es el presidente de la Telefónica; dos intelectuales y dos representantes del sector mercantil, con silla permanente para el presidente de la Confederación Nacional de Asociaciones Comerciales.

Mención aparte merece, naturalmente, la presencia de dos Obispos de la iglesia católica, en un marco en que la influencia de algunos de ellos de corte conservador, había logrado satanizar los primeros trazos para construir la reforma fiscal.

El Congreso no tiene representación por razones obvias.

Los cargos son honoríficos.

Y aunque con menos espectacularidad, desde hace 3 años funciona en...

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