Empresa / Resurrección

AutorAlberto Barranco Chavarría

Más allá de los chistes que hablan de la conversión acelerada del Centro Histórico de la Ciudad de México en un monumental Slim Center, en la misma línea de maledicencia con que se identificaba a Teléfonos de México con un Carlos & Charles, en alusión a la supuesta tajada del ex Presidente Carlos Salinas De Gortari en la privatización de la empresa, lo cierto es que sin aspavientos Carlos Slim Helú está promoviendo un milagro.

Estamos hablando de inyectarle vida al espacio que nos explica como País. Del Eje Central Lázaro Cárdenas al Zócalo; de Cuba a Izazaga.

Dos años después de creada la Fundación del Centro Histórico de la Ciudad de México, dos años después de que la suspicacia empezó a colocar en la mesa el absurdo de un hipotético lanzamiento del magnate como aspirante a la grande, las piedras viejas laten otra vez.

En el camino lo mismo está la restauración acuciosa de monumentos históricos y arquitectónicos, que la rehabilitación de hospitales o la creación de escuelas, pasando por el rescate de vías peatonales, el reencuentro con las plazas, la reintegración de oferta de vivienda... y la emisión de bonos de deuda.

Lo que ayer eran guaridas, hoy son departamentos. Y las bodegas de ventanas tapiadas y techos hundidos hoy son flamantes espacios mercantiles o de servicios. Y los antros de mala muerte se volvieron restaurantes. Se fue la Escuela Nacional de Jurisprudencia, la de Medicina, la de Artes y Oficios. Llegó la de Computación. La de Idiomas. Y las primarias y las secundarias piloto, con horarios extendidos.

Y con la remodelación de las calles y la modernización de las redes de drenaje llegó la electricidad subterránea. Y la fibra óptica, en tanto se despedía con las golondrinas a los ambulantes. Y regresaron del abandono el legendario deportivo Guelatao y aún el centro recreativo de la Ymca, conocido como la Guay, de la Calle de Humbolt. Y el centro hospitalario Concepción Beístegui reabrió sus apolilladas puertas.

En el nuevo horizonte del Centro Histórico de la Ciudad de México hay cámaras de circuito cerrado en las calles de peor fama. Policía especial de sueldo de élite. Alarmas vecinales. Patrullas localizables por radar. Iluminación de primer mundo. Un millón de visitantes al día.

Y al lado de los estímulos fiscales llegaron las guarderías. Y las becas. Y las computadoras. Y los Centros de Capacitación tecnológica e Industrial. Y los trabajadores de Teléfonos de México se reconcentraron en el Centro Histórico, con la...

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