La empresa pública y la competencia económica

Fecha de publicación08 Febrero 2024
Por Rodrigo Alcázar Silva
Por Rodrigo Alcázar Silva

Por Rodrigo Alcázar Silva

En algunos casos excepcionales la competencia económica entre varias empresas no es deseable. En ciertos mercados se usan insumos que son muy difíciles de replicar, por lo que su propietario puede usarlos para producir a menores costos, que si se replicara por varias empresas.

Por ejemplo, es más barato tener una sola vía férrea que conecte de México a Veracruz, que tener varias en paralelo cada una operada por una empresa diferente, puesto que el establecimiento de la vía es muy costoso y las empresas que las construyen podrían trasladar esos costos al usuario del servicio de ferrocarril.

De hecho, el ferrocarril fue uno de los primeros mercados que se analizaron por las autoridades antimonopolio de Estados Unidos. En la segunda mitad del siglo XIX, el magnate Cornelius Vanderbilt, que era dueño de buena parte de las vías férreas construidas, cortó el acceso al puente del Río Hudson a su competidor. Dicho puente era de su propiedad y fungía como un insumo estratégico, pues era la única salida y entrada de la Ciudad de Nueva York. Al impedirle el acceso, limitó la actividad económica de su competidor y más tarde Vanderbilt lo compró a precio de saldo.

Durante décadas los gobiernos de diferentes países concesionaron estas actividades con características de monopolio natural a empresas públicas, temerosos de no poder regular adecuadamente los precios de un monopolio privado, al no contar siempre con información completa de sus costos. Un monopolio privado podría reportar costos inflados para tener topes de precios más elevados. Se argumentaba que era mejor tener un monopolio público regulado para que, al ser una empresa del gobierno, éste pudiera contar con su información real de costos y así poner precios más bajos, e incluso subsidiar a la empresa pública, si fuese necesario.

Bajo este argumento, que tenía algunas buenas justificaciones económicas, se concesionaron, y se siguen concesionando, numerosas actividades con características de monopolio natural a empresas paraestatales.

Sin embargo, se fueron ideando formas de introducir competencia aún en este tipo de mercados. Una idea fue licitar las concesiones para que varias empresas privadas compitieran por la posibilidad de ser el monopolio (competencia por el mercado).

Otra fue regular el acceso al insumo en lugar de regular los precios. Por ejemplo, si el constructor de una vía férrea puede usarla para transportar...

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