Empresa Internacional/ Peso ligero

AutorGuillermo Mendoza Tarré

Allá por el año de 1968 México soñó con estar en las grandes ligas del boxeo mediante la sorprendente actuación de un peso pesado mexicano conocido como Manuel "Pulgarcito" Ramos.

El "Pulgarcito" estuvo a punto de realizar una sorpresa colosal al pegar, en el primer round de una pelea en el Madison Square Garden de Nueva York, un derechazo que dejó paralizado a Joe Frazier por unos instantes e hizo a millones de mexicanos acariciar la idea del campeonato de los pesos pesados como un sueño posible. Frazier se recuperó casi de inmediato y lo que siguió fue una historia que, al contarla después el famoso "Pulgarcito", revivía dolorosamente la golpiza que se ganó ante la circunstancial osadía.

El peso pesado nunca ha sido una fortaleza en la historia del boxeo mexicano y tampoco en esto de su historia monetaria. Cuando el peso ha conseguido por una u otra razón una fortaleza excesiva con relación a sus condiciones económicas y a su estructura industrial, los desenlaces se comparan metafóricamente a la golpiza que le propinó Frazier al "Pulgarcito", cuando éste en un descuido le asestó una aproximación de descontón. Cuando en materia monetaria nos fortalecimos artificialmente y en exceso, terminamos siempre con devaluaciones catastróficas o bien, como nos ha sucedido en épocas recientes, en condiciones de dificultades en la competitividad para la industria local.

No hay que desdeñar, sin embargo, que el esfuerzo algunas veces inducido por espejismos de pertenecer a las ligas mayores, aunque en varias formas prematuro, ha dejado algo positivo en el incremento de la productividad al forzar la búsqueda de nuevos caminos en la lucha por la supervivencia. Algunas empresas, quizás las menos, logran dar el estirón haciéndose más productivas e incorporando prácticas modernas de dirección empresarial. Pero en la realidad muchos han quedado noqueados.

México ha sobresalido en pesos más ligeros tanto en el boxeo como en el mundo económico. Ha sorprendido al mundo por sus campeones y también por sus resultados cuando se tienen condiciones monetarias congruentes con el nivel de desarrollo de la economía y con el grado de apertura de su política comercial. Ya lo vimos en el periodo de 1996 a 1999, cuando las exportaciones eran un auge apoyadas por una economía sana, por el acuerdo de libre comercio, por la proximidad al mercado americano y también, sin duda, ¡por tener un peso competitivo!

La estabilidad de precios es una buena razón que da certidumbre a los...

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