Empresa / Ombudsman fiscal

AutorAlberto Barranco Chavarría

La obstinación del Gobierno foxista por alcanzar el voto priista en su pretención de una reforma fiscal que atenúe los graves efectos de la asfixia presupuestal, le está abriendo cancha al ex partido oficial para revivir un viejo proyecto: la instalación de un ombudsman fiscal.

Si en la guerra por evitar la homologación gradual del Impuesto al Valor Agregado en materia de alimentos y medicinas con la tasa general los legisladores del tricolor insisten en jugar la carta de endurecer la fiscalización e incorporar a los remisos, lo justo es que los causantes tengan una vía de defensa.

Así de simple.

De hecho, la alternativa de un árbitro entre el fisco y la sociedad se había preparado como antídoto, o si lo prefiere como bálsamo, frente a la frustrada propuesta presidencial de "Nueva Hacienda Distributiva".

Estamos hablando de una figura jurídica, a imagen y semejanza de la Comisión Nacional de Usuarios para la Defensa de Usuarios de Servicios Financieros, que permitiera intermediar las disputas entre causantes o aportantes y la Secretaría de Hacienda, el Instituto Mexicano del Seguro Social y el Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores.

La exposición de motivos del proyecto original es más que elocuente: "Ante el desamparo de los contribuyentes en controversias frente a la autoridad federal, por falta de recursos económicos para pagar asesoría y defensa legal que les permita ser beneficiados en la administración de justicia...".

Más al detalle, se habla de la creación de un Consejo Consultivo integrado por organismos empresariales y profesionales, por ejemplo el Colegio de Contadores Públicos, que se reuniría una vez al mes... bajo el marco de un soporte técnico de funcionarios y empleados con dominio probado de los farragosos tema fiscales.

El organismo atendería las reclamaciones de los contribuyentes no sólo por presuntas infracciones legales imputadas por la autoridad, sino en remedio de injusticia, irracionalidad o retraso manifiesto en las resoluciones, a la par de acciones de los funcionarios públicos en exceso de sus facultades.

Estamos hablando, pues, de una suerte de ángel de la guardia de los causantes frente, por ejemplo, a la insistencia de la autoridad fiscal en realizar una y otra auditorias, o de prolongar excesivamente su ejercicio; las maniobras para rebasar el plazo previsto por la ley para hacer efectivas las deducciones de impuestos; el incumplimiento, hacia el mismo efecto, de resoluciones a...

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