Un emprendedor con buena sazón

AutorGabriel Suárez

La buena sazón y el amor por la cocina tarde que temprano tenía que salir a flote.

Federico Schnabel Romero, a sus 60 años, es un joven empresario que en noviembre de 2002 comenzó con un negocio de Delicatessen, panes, embutidos, carnes frías, mermeladas, café y vino, a la que puso por nombre Das Gelbe Haus, que en español significa, La Casa Amarilla.

A pesar de que hace apenas nueve meses abrió este comedor, es un viejo lobo de mar en estos menesteres, pues confiesa su amor por la cocina desde que tiene uso de razón.

De ascendencia alemana y española, Fe-derico trabajó durante 25 años para una empresa que le llevó a viajar por el mundo en donde conoció los secretos de la comida mediterránea.

Con esta experiencia, Federico se dedica ahora de tiempo completo a la cocina.

"Cuando nosotros abrimos tuvimos una buena experiencia porque se cruzó Navidad y entonces teníamos pavos, piernas, bacalaos y otros platillos de la temporada", recordó.

Para esta micro empresa del buen comer, la parte fundamental es la venta de alimentos para llevar, elaborados por el mismo propietario.

"Empezamos a hacer quiché Lorraine, que es un plato típico francés a base de jamón cebolla y serrano; también quichés de jamón serrano, de vegetales, de salmón, de queso de cabra con espinacas", comentó "es un platillo que ha tenido mucha aceptación entre la gente que viene a vernos".

Eso fue sólo el principio, ya que ahora este chef por vocación elabora una larga lista de platillos caseros como la lasaña boloñesa y la vegetariana, en donde desde la pasta misma es elaborada por él.

También elabora pasta de fetuchini, de sabores de cilantro, perejil, ajonjolí, pimentón, o albahaca y las empanadas caprese.

"Estamos empezando a hacer pan en barra, de siete semillas, de aceituna, de queso parmesano, de tocino, para acompañar los platillos a la hora de la comida", añadió.

Federico reconoce que esta empresa no tiene como prioridad el vender en cantidades industriales los alimentos que elabora, ya que el secreto es la producción artesanal de cada uno.

Por ello se dieron a la tarea de buscar proveedores de embutidos finos elaborados a la usanza tradicional y encontraron por ejemplo jamón serrano español fabricado por una familia del Estado de México.

"Queremos vender embutidos de buena calidad con recetas originales, por eso buscamos empacadoras pequeñas y artesanales que hacen todavía ese tipo de producto a la usanza antigua", dijo.

Así en esta casa se pueden encontrar embutidos...

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