Emprende la aventura
| Autor | Cecilia Núñez |
Los adictos a las sobredosis de adrenalina encuentran en México los escenarios perfectos para interactuar con los cuatros elementos y rebasar los límites físicos. Sólo se requiere un espíritu explorador para descubrir la belleza: en las profundas cuevas practicando espeleísmo o rozando las nubes en un parapente.
TABASCO: EN LAS ENTRAÑAS DE LA TIERRA
Las grutas y cuevas brindan diferentes niveles de aventura, desde las que cuentan con pasillos y recorridos delimitados hasta las que obligan a usar equipo profesional para explorarlas. Los amantes del espeleísmo tienen en Tabasco un verdadero paraíso.
Una de las cuevas más interesantes es la de Kolem Chen, localizada en la selva media del sureste mexicano, entre montañas, ríos y cascadas. Kolem Chen cuenta con cinco niveles y permite hacer rapel hasta a 400 metros de profundidad dentro de la caverna.
La exploración de esta cueva se realiza en tres niveles distintos, desde principiantes hasta avanzados, pero siempre acompañados con guías especializados. Los recorridos duran entre una y cinco horas.
Toma nota: Las cuevas de Kolem Chen se encuentran a cuatro kilómetros de Tapijulapa y a 100 kilómetros de Villahermosa. Muy cerca está el Centro Ecoturístico de Kolem Jaá, donde abundan cascadas y aguas termales para practicar actividades ecoturísticas.
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DURANGO: POR LOS CAMINOS DE LA SIERRA MADRE
Desiertos, llanuras, pastizales, barrancas, quebradas... Durango es un terreno de juego al natural. Las montañas de la Sierra Madre han sido siempre grandes favoritas de los viajeros más aventureros. Hay que recorrer 100 kilómetros al sureste de la capital para llegar a la ciudad de El Salto, en el municipio de Pueblo Nuevo, y darse una escapada 25 kilómetros al sur, hasta Puentecillas. Este es un lugar fascinante para practicar ciclismo de montaña, rapel y campismo por estar enclavado en plena sierra.
Puentecillas, además de presumir su zona montañosa, esconde un lago de agua azul donde se puede navegar en canoa o kayak, y acampar en sus orillas.
Si se desea algo más romántico, basta con rentar una cabaña en el ejido El Brillante para pasar una noche perfecta al intenso calor de la chimenea y un día especial en pleno contacto con el paisaje.
Toma nota: La ruta en la sierra corre a través de la carretera federal 40, que une a Durango y Mazatlán. El clímax de la travesía no sólo radica en llegar a los puntos de interés, sino en dejarse seducir por esta carretera escénica y sus miradores.
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