Empaña la muerte el 'sueño europeo'

AutorIrene Savio

Enviada

SERAKUNDA, Gambia.- La aldea de Serakunda se encuentra aislada en el interior de la remota costa de África Occidental, en el sur de la tropical Gambia. Un enclave donde sólo algunos pocos disponen de precarias construcciones erigidas con ladrillos. El resto malvive en chozas construidas con palos, plásticos y láminas de lata.

"Cuando llueve, nuestras chozas se inundan; en verano, las temperaturas pueden superar los 40 grados", cuenta Monsanneh Ceesay, imán de Serakunda, quien, como muchos de sus vecinos, habla despacio, como si las palabras fueran empujadas a su boca por un infinito dolor del alma o, más probablemente, a causa de la rabia.

Su familia forma parte de ese 69 por ciento que en Gambia vive debajo del umbral de la pobreza y ha vivido la tragedia de perder un hijo en una patera por ello.

Jamás olvidará aquél día de noviembre de 2007 cuando le llamaron al teléfono.

"No llegó, no llegó a España... lo más probable es que haya muerto", le dijo una voz fría.

Rodeado de niños analfabetas y sentado en el suelo en su chabola, este hombre de 71 años accede a hablar a REFORMA sobre un tema tabú en África: la muerte de los que intentan llegar a Europa a través del mar.

De los casi 40 mil dalasi, unos mil 500 dólares, que le dio a su hijo, aún hoy le queda más de la mitad para pagar a sus acreedores. Tampoco sabe que pasó con el cuerpo de su hijo.

Miles de africanos desafían cada año una muerte probable en el mar, hacinados en pateras renqueantes. Aunque no hay cifras seguras de cuántos mueren en el intento, según un cálculo de la Media Luna Roja (la Cruz Roja árabe) uno de cada cinco inmigrantes fallece durante la travesía.

Otros, son atrapados por las Policías europeas. Tan sólo en 2008, Frontex, la agencia europea creada en 2006 para bloquear la inmigración ilegal hacia la Unión Europea por vía marítima, atrapó 92 mil inmigrantes en esas condiciones, de los cuales 60 mil procedían de África.

Floreciente negocio

El precio que los inmigrantes pagan para arribar a ese paraíso que llaman Europa es caro. Según el director adjunto de Frontex, el español Gil Arias, los traficantes consideran el contrabando de seres humanos más rentable que el de drogas o tabaco ilegal.

"Se trata de redes organizadas, transnacionales y con conexiones en Europa y en los países de origen", explicó Arias a REFORMA.

"En muchos casos, son...

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