¿Emiliano Zapata tuvo un doble?

(Material transmitido por el Servicio Sindicado el pasado 30 de septiembre)Janet MembrilaCIUDAD DE MÉXICO, octubre 5 (EL UNIVERSAL).- En el panteón todo estaba listo para la sepultura. Los enterradores traían sogas y pala en mano, la gente trepó las tumbas de alrededor para tener una mejor vista. La caja negra que guardaba el cadáver de Emiliano Zapata descendió a la fosa y de pronto, una anciana desconocida de ojos llorosos se abrió paso, tomó un puñado de tierra y la arrojó al hoyo.

El líder revolucionario Emiliano Zapata Salazar fue asesinado el 10 de abril de 1919 en la Hacienda de Chinameca, en Morelos, luego de una trampa orquestada por el General Pablo González y ejecutada por el coronel Jesús Guajardo.

Cuando se anunció esta muerte las primeras impresiones en la población fueron de incredulidad. Anteriormente los mismos compañeros del "Caudillo del Sur" intentaron asesinarlo y fallaron.

En las páginas de este diario se registró que el cuerpo presentado al público tenía nueve orificios de balas y cuatro cicatrices de heridas viejas: una por un arma cortante y otra por un proyectil.

El cadáver se exhibió casi 24 horas en el Palacio Municipal de Morelos y la muchedumbre asistió al sepelio en Cuautla ávida por confirmar que el "Atila del Sur" ya no existía, incluso personas de la capital acudieron para comprobarlo.

Ocho de sus compañeros fueron tomados prisioneros. Ellos condujeron su cuerpo hacia el panteón, observaron el ritual. No lo podían creer.

El cortejo fúnebre recorrió las calles circundantes a la plaza principal de Cuautla y las personas observaron el féretro desde sus puertas, ventanas y balcones.

En septiembre de 1919 la señora Ignacia Mora, comerciante en la tienda El Porvenir y cercana a la familia del revolucionario, contó a este diario que ese día ella no salió por atender su negocio, pero escuchó opiniones contradictorias.

Ella dijo que Zapata podía identificarse por un lunar que tenía en la zona derecha del bigote, una verruga en la mejilla del mismo lado inmediata al ojo, así como una pequeña mancha en el cuello.

"Si esas señas tiene, será Emiliano", aseguró y dejó escapar un profundo suspiro.

El doble de Zapata

El escepticismo no terminó. Una de las teorías más inverosímiles, pero aceptada, fue que el revolucionario tenía un doble. Dieciséis años después de su muerte, en abril de 1919, un reportero de EL UNIVERSAL ILUSTRADO realizó una excursión a la serranía del Ajusco, donde vivían excombatientes. Para ellos él...

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