EME: 'Mamma Mía': Vamos (a llorar) otra vez

CIUDAD DE MÉXICO, agosto 19 (EL UNIVERSAL).- La secuela de Mamma Mía no tiene una razón de ser, pero la verdad es que no la necesita. Es una de esas películas que morirás por ver o que no pasó por tu mente en ningún momento. Los placeres de "Mamma Mía: Vamos otra vez" son simples y sensuales; es una combinación de color, romance, canciones nostálgicas y mucho amor.

No iba con grandes expectativas, especialmente porque la secuela no contaba con su superestrella original (la fabulosa Meryl Streep), pero salí del cine súper animada y hasta con un nudo en la garganta.

Había disfrutado la primera, a pesar de los clichés, ¿pero qué tanto ABBA era suficiente? En lugar de avergonzarse del género, Mamma Mia lo acepta y lo supera. No es un filme clásico o un musical profundo, pero está bien; es igual de entretenido y sentimental.

La película es nostálgica. Y temo spoilearles algo que la mayoría ya suponía, pero que nadie había confirmado. En esta secuela, Donna, el personaje de Meryl Streep ha muerto, y su hija Sophie (Amanda Seyfried) trabaja duro en honrar su legado abriendo un hermoso hotel en la isla griega que es su hogar. Está peleando con su esposo, Sky (Dominic Cooper) y sólo tiene a uno de sus 3 padres para consolarla (Pierce Brosnan, Colin Firth y Stellan Skarsgard).

Pero a pesar de la nostalgia, no es una película triste. Las amigas de Donna están de vuelta (Julie Walters y Christine Baranski), junto con las mejores rolas del grupo sueco, ABBA.

"Mamma Mía: Vamos otra vez" funciona como secuela y precuela, pues también nos cuenta la historia de cómo Donna conoció a los 3 padres de Sophie...

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