Carlos Elizondo Mayer-Serra / Los huevos y la canasta

AutorCarlos Elizondo Mayer-Serra

En medio del caos se inauguró la Terminal 5 del aeropuerto de Heathrow, Londres. Tras más de seis años de construcción, lo que se esperaba fuera una terminal modelo resultó un fracaso. Con el tiempo lograrán afinarla y tendrán un mejor aeropuerto, pero este fiasco es una prueba más de lo difícil que es la planeación central.

En la Terminal 5 el caos se limita a ese espacio. Un viajero puede optar por utilizar otro aeropuerto de Londres, de otra ciudad de Inglaterra o de Europa. Cuando se planifica todo centralmente el colapso no tarda en llegar, como pasó en la Unión Soviética.

Diseñar mecanismos descentralizados para la toma de decisiones parte de reconocer la complejidad de una realidad que no puede ser controlada por un jefe burocrático, por más sabio y desinteresado que sea. El reto es tener el diseño que permita a esos actores descentralizados competir y evitar su colusión.

El gobierno ha presentado ya su diagnóstico de Pemex. Es caritativo con la empresa, hay pocas comparaciones detalladas con otros países y cuando las hay son demoledoras; como la comparación de rendimientos y productividad de pozos de gas en la Cuenca de Burgos en México vis-ˆ-vis los de Brugos en Estados Unidos. Con todo, queda claro que no es alternativa no hacer nada.

El gobierno debe presentar alguna solución al problema, aunque dado el diagnóstico queda claro que ésta será tímida. No pasará por privatizar a Pemex, por vender sus activos. Tampoco por permitir la entrada en el sector a terceros. Simplemente buscará mecanismos de asociación con empresas privadas. No es nada original. Así lo hacen todas las empresas petroleras del mundo.

En el debate opositor domina el amor por la planificación central absoluta. El discurso del PRI y del PRD es similar. El problema de Pemex se arregla con más autonomía de gestión y con más dinero. No se necesita asociación alguna con terceros. El culpable de todo es la perversa Secretaría de Hacienda (SHCP) que ha encadenado a Pemex.

Hoy no le falta dinero a Pemex, pero ciertamente la SHCP y la Contraloría son el torpe planificador central que dificulta una mejor operación de la empresa. Sin embargo, se olvida de dónde viene este esquema. Fue para controlar al Pemex de López Portillo, el cual logró aumentar la producción de petróleo a costa de un gran desorden administrativo que llevó a una corrupción escandalosa, a pozos que explotaban como el Ixtoc, el mayor derrame en su tipo de la historia, o a la locura de hacer un gasoducto...

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