Carlos Elizondo Mayer-Serra / Calderón y Sarkozy

AutorCarlos Elizondo Mayer-Serra

Las comparaciones suelen ser odiosas. Sin embargo, pueden arrojar luz sobre las distintas estrategias para gobernar un país.

Felipe Calderón y Nicolas Sarkozy son presidentes de un partido de derecha que hicieron campaña prometiendo reformar su país. Las propuestas de Calderón fueron más bien vagas. Las de Sarkozy fueron más claras, incluida una reforma al sistema de pensiones de los trabajadores al servicio del Estado que puso en marcha poco después de llegar al poder.

La propuesta fue rechazada por los afectados, pues implica cambiar la edad de retiro de los actuales trabajadores. Además, es aplicable para todo el sector público, empresas estatales incluidas. Francia, sobre todo París, vivió casi dos semanas de parálisis pero el Presidente aguantó y los trabajadores reanudaron labores.

Sarkozy logró convencer a la sociedad de la necesidad y justicia de las reformas. Necesarias, pues las pensiones eran impagables, y justas, pues sólo pretenden que tengan las mismas condiciones que los trabajadores del sistema privado.

A diferencia del intento del presidente Jacques Chirac en 1995, quien se quedó prácticamente solo cuando las huelgas iniciaron, el apoyo a las reformas impulsadas por Sarkozy -aun después de las huelgas- oscila entre el 82 por ciento citado por Le Figaro (centro derecha) y el 59 por ciento de Marianne (izquierda). La propia izquierda reconoce la necesidad de la reforma. Falta aún la negociación en cada empresa pública, pero el principio parece haberse ganado ante la opinión pública.

El presidente Calderón ha optado por otro estilo de reforma. Éste confronta lo menos posible. No pasa por convencer a la sociedad de sus bondades, sino por convencer al PRI y a los principales grupos de interés. El resultado son reformas tímidas y caras. En el caso de las pensiones, no se tocan las pensiones de los trabajadores en activo, sólo las de los futuros trabajadores. La reforma fiscal se pagó con altas transferencias de recursos a los estados.

Se dirá, y con razón, que por lo menos hay reformas. Si bien, la reforma del ISSSTE será más cara que la propuesta por la anterior administración, fue mucho más caro no haberla sacado hace dos años.

El contexto político ciertamente es muy distinto. Sarkozy obtuvo en la primera vuelta 29.5 por ciento de los votos, mucho menos que el 35.88 por ciento de Calderón. Pero en la segunda obtuvo 53 por ciento de los votos y en las legislativas, unas semanas después, esto se tradujo en una apabullante...

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