Eligen maestros una vida de circo

AutorDora Luz Haw

Siempre de pueblo en pueblo, los maestros que trabajan en los circos deben acostumbrarse a dormir en remolques, al olor de los animales y a los baños al aire libre, pero a cambio se convierten en tutores de niños que califican de audaces, temerarios, espontáneos y desinhibidos, que disfrutan aprender.

Luis, Nicolás y Francisca son tres de los 17 jóvenes profesores que trabajaron durante dos años en el Proyecto de Atención a Circos impulsado por el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) en coordinación con la Unión Nacional de Empresarios y Artistas de Circo (UNEAC), que integra a 50 circos de todo el país.

La iniciativa, que en 1999 y en el 2000 benefició a más de 200 niños y a 60 adultos, comenzó apenas con 14 maestros y aumentará en este ciclo escolar a 38, además de que se convertirá en un programa oficial.

Vicente Santiago Acevedo, asesor general de la UNEAC, y músico por herencia familiar, explica que la gente de circo no puede acceder a la educación debido a que su su forma de vida se lo impide, de ahí que la mayoría de los adultos sólo sepa leer, escribir y hacer algunas cuentas matemáticas.

"Pedí apoyo a la Secretaría de Educación Pública, pero no nos lo dieron. Después me enteré de que existía el Conafe (institución descentralizada de la SEP que atiende a 300 mil niños cada año), y ellos fueron los que nos prestaron el apoyo. Ha resultado tan exitoso que incluso algunos circos de Argentina, Chile, Brasil y Venezuela están interesados en saber cómo funciona para solicitar el programa a sus respectivos gobiernos", señala.

Los profesores son jóvenes egresados de preparatorias que realizan su servicio social impartiendo clases en zonas rurales a cambio de un apoyo económico de mil 500 pesos mensuales. Después de participar en el programa durante dos años, tienen derecho a recibir una beca por cinco años para continuar sus estudios, consistente en 800 pesos promedio por mes.

Nicolás Morales García, de 20 años, quien trabajó un año completo como maestro rural, fue invitado a participar en el programa, una experiencia que, cuenta, cambió completamente su vida.

"Trabajé en el Circo Discovery, de la familia Fuentes Gasca, que se mueve en el DF y en municipios conurbados. Me fue muy difícil acostumbrarme a una vida tan limitada y estresante, en la que cada semana te mudas a un lugar distinto y donde no tienes espacios propios para vestirte, bañarte o hacer tus necesidades fisiológicas. Pero lo maravilloso fue encontrarme con niños...

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