Elecciones 2012: luces y sombras

AutorJosé Woldenberg

El siguiente texto tiene una secuencia. Va de los aspectos más luminosos de las elecciones que ya están en curso a los más preocupantes, teniendo varias estaciones de paso en aspectos ambiguos, controversiales, marcados por luces y sombras. Es una guía para la observación de lo que viene. Aunque quizá ni eso.

  1. Habrá auténticas elecciones y eso hay que celebrarlo. Se trata de algo relativamente nuevo entre nosotros y es expresión de una sociedad masiva, compleja, contradictoria, que busca y encuentra fórmulas para la convivencia y la competencia de su diversidad política. Atrás han quedado los años en los cuales no existía competencia, cuando el momento estelar de la "elección" era el del "destape". Hoy concurrirán a la búsqueda del voto ciudadano, partidos fuertes, con arraigo y recursos, con cuadros y promesas. Y con fuerzas equilibradas.

  2. Se trata de elecciones federales en las que se renovarán ambas Cámaras y al titular del Poder Ejecutivo. Esas elecciones serán concurrentes con las de 15 entidades, en las cuales se elegirán seis gobernadores y al jefe de Gobierno del Distrito Federal, 15 Congresos (contando a la Asamblea Legislativa de la capital) y 891 ayuntamientos. Es decir, de las mismas saldrá una nueva distribución del poder en México. No serán un ritual con resultados preestablecidos, sino un momento decisorio en la concentración/dispersión del poder político.

  3. 76.8 millones de mexicanos están en las listas nominales de electores (datos al 3 de diciembre de 2011). De los cuales, más de 2.5 millones será la primera vez que acudan a las urnas. Esa ciudadanía se congregará en los centros de votación el 1o. de julio, y hay que recalcar que ninguna otra actividad, absolutamente ninguna, convoca a más ciudadanos para decidir sobre el futuro político del país. Todos, hombres y mujeres, ricos y pobres, escolarizados o analfabetas, por un momento ejercerán un derecho de manera igualitaria. Cada voto vale lo mismo que el otro, y en ese sentido las elecciones seguirán siendo escuela de igualdad, que mucha falta nos hace en otras áreas de la vida social.

  4. Los partidos y las coaliciones, y por supuesto sus respectivos candidatos, ordenarán a lo largo de las campañas la lucha política en el país. En torno a ellos se formarán coaliciones formales e informales que atraerán el apoyo -o el repudio- de organizaciones sociales e individuos. Ese carácter ordenador de los comicios debe ser valorado: es la única forma que ha inventado la humanidad para que en sociedades cargadas de contradicciones, los ciudadanos puedan decidir quién debe gobernar y cómo deben integrarse los órganos legislativos.

  5. En lo fundamental, partidos, coaliciones y candidatos ejercerán sus derechos y libertades. Desplegarán sus redes de relaciones, armarán sus equipos de campaña, realizarán grandes concentraciones y pequeños encuentros, "volanteos" y "perifoneos", estarán en las pantallas de televisión y en la radio. Inundarán el espacio público y tratarán de tender puentes de comunicación con los votantes potenciales. Esas maquinarias voraces que suelen ser los partidos intentarán hacer crecer a sus simpatizantes, prometerán el mar y los pescaditos y denostarán a sus adversarios. Una representación del Bien contra el Mal (cambiante según el partido de que se trate) estará sucediendo ante todos nosotros.

  6. En escuelas y centros de trabajo, en cantinas y restaurantes, en la mesa familiar y con los amigos, el tema electoral será inescapable. El apático y el hiperpolitizado no podrán escapar del ruido y los planteamientos, de la boruca y los diagnósticos que acabarán por envolver a la vida pública. Nadie -salvo...

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