La elección de 2006

AutorSergio Aguayo Quezada
Páginas561-623
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XVII. LA ELECCIÓN DE 2006
¿Hubo fraude en las elecciones presidenciales de 2006? Desde un punto
de vista legal, el asunto está  niquitado: Felipe Calderón es presidente
constitucional. Sin embargo, alrededor de una tercera parte de la ciudada-
nía sigue teniendo dudas sobre lo que realmente sucedió y la intensidad
de las dudas se aprecia en la cantidad de estudios y documentos que si-
guen apareciendo sobre esos comicios.
Ante la di cultad de incluir en un solo capítulo todos los documen-
tos relevantes presentaré los temas más polémicos y la manera como se
po sicionaron los principales actores. Así, cada lector se formará una
opinión.
EL PRD: LOS DERROTADOS
La izquierda estuvo muy cerca de ganar las elecciones presidenciales de
2006. Si perdieron, dicen sus adversarios, fue por los errores que come-
tieron. El PRD es un partido predispuesto a la autocrítica; veamos algu-
nas de las equivocaciones que, de acuerdo con la Comisión Organizadora
del Congreso Nacional, cometie ron. Una precisión: salvo el punto sobre
la inasistencia de López Obrador al primer debate, los demás resolu-
tivos se mantuvieron.
Entre los errores internos que se pueden destacar se encuentran la ausencia
de AMLO al primer debate presidencial. Los con ictos constantes entre las
redes ciudadanas, la estructura de campaña y el partido, lo que generó una
evidente falta de coordinación, que impidió una penetración más e caz de
la campaña de AMLO en algunas regiones del país.
[…]
Un segundo problema tiene que ver con la guerra sucia en los medios
de comunicación. Es indudable la ilegalidad de la campaña del PAN y las or-
ganizaciones empresariales contra AMLO y la enorme cantidad de recursos
que se invirtieron en esta campaña.
[…]
Pero también debe hacernos re exionar sobre si hemos actuado e caz-
¿A DÓNDE VA MÉXICO? 2006-2010
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mente en el manejo de una política de medios. La campaña presidencial de
julio de 2006 mostraría que no. Respondimos con mucha lentitud a la cam-
paña calumniosa del PAN y no siempre fue una respuesta correcta. Ello pue-
de deberse a que cometimos dos errores: por un lado no le dimos a la lucha
mediática la importancia que se merece. Seguimos pensando que las elec-
ciones se ganan principalmente en las calles cuando desafortunadamente,
el peso de los medios en la política y sobre todo en una campaña electoral
es a veces determinante.
[…]
De este primer error se derivó un segundo. La evaluación de la campa-
ña no se hizo correctamente ya que se subestimaron también los cambios
que se iban produciendo en esas 14-16 semanas claves.
[…]
Hubo también otro error que se derivó de esta subestimación. La estra-
tegia mediática careció de una evaluación permanente que llevara a una
estrategia más  exible. La tardanza y la falta de habilidad para responder a
la guerra sucia fueron una muestra de esta estrategia rígida y poco e caz.
Un tercer problema tuvo que ver con la política de alianzas ya que ésta
fue incongruente y a veces sectaria. No se logró aglutinar sólidamente a
las fuerzas partidarias, sociales y ciudadanas a nes y aliadas.
[…]
Un cuarto asunto fue el rechazo que despierta el PRD (y seguramente tam-
bién el PT y Convergencia) entre los electores por sus problemas internos y
el mal desempeño de algunos de sus gobiernos. Hubo también, imposición
de candidatos de poca o nula representación, con trayectoria y honorabilidad
cuestionable, dejando fuera a dirigentes del movimiento social y a ciudada-
nos de reconocida presencia.
Otro problema que encontramos fue la falta de la organización en la
promoción y defensa del voto. Se menospreció la experiencia y capacidad
partidaria de cobertura, promoción y defensa del voto. Fue equivocado mar-
ginar al partido de la estructura electoral y de la campaña, dejando de lado
la experiencia acumulada. No se crearon los mecanismos adecuados para la
defensa del voto. También fue errónea la formación de una estructura para-
lela que resultó ine ciente, inoperante y cara.
Dicha estrategia mostró de ciencias, también, durante el proceso post-
electoral: no se coordinaron adecuadamente la lucha legal y electoral con la
movilización, la resistencia civil, los movimientos sociales, la lucha social y
los representantes populares en el Poder Legislativo y Ejecutivo.
Finalmente, fuimos objeto de un relativo aislamiento internacional pues
no se consolidó una política de alianzas con algunas organizaciones de
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izquierda y progresistas a nivel internacional y no puso su ciente esfuerzo
en la relación política con actores importantes de la escena mundial.
“Propuesta de Línea Política. Documento presentado por la Comisión Or-
ganizadora del Congreso Nacional”, agosto de 2007, X Congreso Nacional
Extraordinario del Partido de la Revolución Democrática, disponible en
http://ierd.prd.org.mx/coy140-141/LPNPRD1.htm.
[Completa la autocrítica en DVD]
El PRD está habituado a reconocer errores que nunca corrije. Veamos como
primer ejemplo fragmentos del discurso de toma de posesión de Amalia
García como presidenta del PRD en 1999.
[…] Los problemas internos de los últimos cuatro meses no pueden dejar-
nos indiferentes ni apáticos. Nuestro partido, que nació con una gran voca-
ción democrática, encuentra serias di cultades para consolidarse, debido a
la profusión de los grupos de interés, las prácticas clientelares, el protagonis-
mo personal, y la falta de respeto a los estatutos, la legalidad y el principio de
la tolerancia. Nuestro partido que introdujo en el sistema político mexica-
no las elecciones universales y secretas para los órganos dirigentes, ha cono-
cido recientemente serias transgresiones a los principios de la democracia.
Aunque estas han sido muy minoritarias se decidió ejercer la autocrítica y
anularlas dándole al partido la autoridad moral para que en procesos cons-
titucionales no quede duda.
[…] Por la intensidad de los acontecimientos en el país, el grupismo, las
estructuras clientelares, las prácticas ilegales no han sido enfrentadas con
su ciente rigor. Como resultado de esa omisión, existe una contradicción gra-
ve entre el papel eminentemente democrático y transformador que juega el
PRD en la escena nacional y las estructuras arcaicas así como las conductas
autoritarias que se presentan frecuentemente en su vida interna […]
Discurso de Amalia García en su toma de protesta como presidenta del
Partido de la Revolución Democrática, 7 de agosto de 1999, Instituto de
Estudios de la Revolución Democrática, Archivo Histórico del PRD, sección
Consejos IV y V, carpeta 26B.

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