ELEC-CRÓNICAS / La compra de Skype alienta la guerra, no la innovación

AutorFrancis Pisani

Desde el punto de vista del usuario, la compra de Skype por Microsoft es para llorar. Pero los prevengo: empecé esta crónica más con el corazón que con la cabeza.

La transacción me pone triste y de mal humor. Las intenciones del comprador (volveré sobre ellas) no carecen de sentido y las razones del vendedor se resumen en una cifra: 8.5 mil millones de dólares.

Como siempre, las intenciones son conjeturas de analistas que alimentan el optimismo beato. Mejor manera, según ellos, de insuflarle dinamismo al mercado. Pero ¿y los usuarios?

Al igual que para muchos, Skype se ha vuelto parte de mi vida más íntima. Me comunico con mis hijos. Puedo verlos donde quiera que estén, seguir la evolución de su ánimo, de sus angustias, de sus hormonas. Me comunico con mis amigos. Las emociones, el amor, la rabia y la decepción transitan por mi webcam enlazada por la internet. Hasta seguí una terapia durante varios meses. Funcionó gracias al video y a que había sido iniciada previamente en el tradicional sofá.

Esta intimidad explica por qué exploto hoy que Microsoft adquirió Skype, y no ayer cuando Cisco decidió abruptamente sacar a Flip del mercado, la cámara más popular, aunque el problema sea el mismo.

Hoy día las startups y, más generalmente, las pequeñas y medianas empresas con éxito, tienen dos caminos: crecer hasta poder cotizar en Wall street para seguir creciendo, o pasar a manos del mastodonte de su sector (o del vecino, no importa).

Dicho de otra manera: crecen por su capacidad de innovar, pero pasado cierto nivel deben aceptar las reglas de Wall Street, cuya razón de ser radica en las ganancias, no en la innovación. Peor aún el otro camino que consiste en dejarse comprar por un gigante a riesgo de desaparecer en el proceso de integración.

David Pogue nos lo explica en su columna del New York Times: "Cada vez que un burdo gigante corporativo compra una tecnología popular entre consumidores, tiemblo. Casi nunca funciona. Los dirigentes de la empresa vendida reciben una enorme cantidad de dinero y la promesa de que les permitirán seguir operando de manera independiente, pero tras un par de años el producto desaparece completamente. Acaban de extinguir una estrellita del cielo de la tecnología por una razón inaceptable".

Los ejemplos abundan, Flip viene a la mente por reciente, pero no olvidemos la compra de GeoCities y de Konfabulator, por Yahoo; la de Compuserve y Netscape, por AOL; la de FriendFeed por Facebook; la de JotSpot y de Jaiku, por...

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