La Educación es un Derecho Natural e Inalienable de los Padres
Jorge Luna y Parra.
Resulta axiómatico el afirmar que es un Derecho Natural de los padres educar a sus hijos, y que este derecho es inalienable y crea para los padres una gran obligación y responsabilidad ante la Sociedad.
Ante todo es necesario establecer claramente la diferencia que hay entre instrucción y educación, pues con frecuencia estos términos se confunden.
Definiendo, o más bien, explicando, podemos decir: Instrucción es el arte de llevar al entendimiento del niño el acervo de conocimientos de que es capaz, es decir: la instrucción es una franja demasiado estrecha de conocimientos que han de ser útiles al alumno para luchar por la vida. Aún tomada la instrucción en su expresión más amplia sólo es una parte mínima de la formación del alumno que necesita mucho más para su formación completa.
La educación es el arte de desenvolver armónicamente todas las facultades del niño, para que pueda llegar a vivir como hombre civilizado, es decir: que el niño viva como lo exige su naturaleza de ser dotado de cuerpo y de una alma racional, con sus pasiones y emociones, con los hábitos propios de la vida civilizada. En la educación pues, además de los cuidados del cuerpo, se atiende al ser moral, al ser intelectual, al ser humano, que debe desempeñar una misión especial.
Educar, del Latín educare, equivale a conducir, es decir, emplear todos los medios necesarios para que el ser humano cumpla su misión, poniendo en juego todos los valores morales necesario; para adquirir las virtudes propias de su destino.
Entendida la diferencia que hay entre instrucción y educación, es fácil demostrar que el Estado, aunque quiera, no puede educar porque la educación es tarea de toda la vida, que empieza en el nacimiento del niño, y abarca todas las circunstancias de la vida del hombre.
Desde los remotos tiempos de Roma, se han respetado los derechos del padre de familia, que como provenientes del Derecho Natural, son primordiales y anteriores a la existencia del propio Estado. Por eso en Roma la instrucción y educación de los niños dependía exclusivamente de los padres, que educaban a sus hijos desde la infancia para entregarlos al Estado después de que habían cumplido los 18 años, y así se formaban los soldados por la instrucción y la educación de los padres que desde pequeños les enseñaban el culto a los Dioses y los educaban como...
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