Luis Eduardo Villarreal Ríos/ Falló el marketing

AutorLuis Eduardo Villarreal Ríos

Ante la parálisis económica e institucional que vive el País, la crítica ha hecho lo propio: averiguar las causas, advertir sobre decisiones que el poder no ha tomado, establecer los límites del modelo. Esta función, especialmente ejercida por los medios de comunicación, ha irritado al Presidente.

Molesto por lo que él considera una "metralla impresionante de ataques", o "sarta de babosadas", se defiende desde la palabra, trinchera que en otro tiempo le otorgó credibilidad y votos, pero que ahora no parece convencer ni a los panistas que celebraron el 2 de julio como parteaguas histórico.

Advierto, antes que nada, sobre el riesgo que implica criticar a quien inauguró la alternancia en México, después de 71 años de priato. Es posible que, ante la actual coyuntura, algunos discurran equivocadamente y entiendan la vuelta al pasado como la única salida; de hecho, creo que el bloqueo legislativo forma parte de una estrategia para desgastar a Fox y reposicionar al PRI, eventualidad que la sociedad no debe permitir.

Pero tampoco debemos ofuscarnos y pensar que el temor a los riesgos podría en un momento dado justificar la inactividad política. Al respecto, cualquier duda sería pérdida de tiempo, por lo que la reforma fiscal, la revisión de la Ley Indígena, el IPAB, el acuerdo migratorio y la reactivación económica constituyen asuntos ante los que la sociedad debe seguir aportando su crítica.

Quiero, aunque con ello contribuya a fatigar la paciencia del Presidente, poner mi granito de arena en una labor imprescindible como es la de señalar límites al ejercicio del poder. A mi ver conviene, en esta hora decisiva para México, replantear la Teoría del Conflicto según la cual los antagonismos sólo se explican por el factor político, por el conflicto de intereses entre los diversos segmentos de la sociedad.

Ahora, en el marco del neoliberalismo, ha surgido una visión nueva que busca hacer viable el modelo de mercado: la Teoría de los Escenarios. Según ésta, hay que explicarnos un determinado momento histórico no sólo por la estructura social existente, sino como el resultado de la toma de decisiones.

Más de alguno me podrá refutar diciendo que el hijo negro y el agua tibia hace tiempo que fueron descubiertos, que el auténtico "partero" de los Escenarios es el mismo Marx, cuando exhorta no sólo a interpretar la realidad, sino a modificarla sustancialmente.

Cualquiera que sea el resultado del debate sobre la autoría de los Escenarios, no es tan importante...

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