Eduardo R. Huchim / Rosario: seducción del poder

AutorEduardo R. Huchim

Conocí a Rosario Robles una tarde de 1992 o 1993, en La Jornada, de donde era yo editor, cuando llegó acompañando a su esposo, Julio Moguel, quien acudió a entregar un texto.

De cabello corto, vestido sencillo y gruesos lentes, Rosario estaba en los inicios de su carrera política, era dirigente del combativo STUNAM, militaba en la izquierda maoísta y había participado en la fundación del PRD, tras las elecciones de 1988, en las que Carlos Salinas había sido declarado vencedor sobre el muy popular Cuauhtémoc Cárdenas.

Cárdenas habría de ser impulsor del ascenso político de Rosario y Salinas de su declive.

Cárdenas la encumbró en 1997, al hacerla secretaria general del Gobierno del DF que él encabezaba, y al heredarle luego la Jefatura de Gobierno, para él buscar la Presidencia por tercera vez. Fue entonces cuando comenzó para Robles un proceso de seducción del poder. Sustituir a Cárdenas en la cima política de la capital la hizo pensar en un futuro que podía llevarla a otros seis años en el gobierno del DF (si lograba una reforma constitucional que no se concretó) o, bien, en su momento, a la misma Presidencia.

Bajo esa aspiración, Rosario se percató de que necesitaba mucho dinero para la futura y costosa propaganda en radio y tv. De ahí surgió el episodio del "cochinito" que Reforma documentó con amplitud en mayo de 2001. La fórmula ilegal que se puso en práctica fue comprar publicidad del gobierno capitalino con sobreprecios que se destinaron a un fondo para uso posterior. Robles salió exculpada del desvío, pero la experiencia habría de repetirse después. El "cochinito" se transformó en "cochinote", en la Estafa Maestra.

Tras entregar en 2000 el gobierno capitalino a Andrés Manuel López Obrador, Robles gana la presidencia del PRD, si bien su dirigencia dura sólo 17 meses. Sale de ella en medio del escándalo, por sumergir a su partido en un endeudamiento profundo.

Por aquellos días ocurrieron dos hechos en su vida privada que habrían de ser determinantes para su futuro: su separación de Julio Moguel (el hombre que impulsó de muchas maneras su ascenso político) y posteriormente su romance con Carlos Ahumada, un empresario que le dio lujos y dinero.

En ese marco, Robles participa en los videoescándalos (2004), cuando se difunden grabaciones hechas por Ahumada en las que aparecía René Bejarano, líder perredista en la Asamblea Legislativa del DF, recibiendo dinero de un Ahumada con el rostro oculto. En el mismo mes...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR