Eduardo R. Huchim / Dragones

AutorEduardo R. Huchim

En el primer semestre de 1999, el Instituto Electoral del Distrito Federal estaba en construcción. Sus consejeros, que habían tomado posesión en enero de ese año, tenían la importante tarea de organizar en la Ciudad de México la primera elección de comités vecinales, de modo que, con una sola excepción, dedicaron la Semana Santa a trabajar en la convocatoria del proceso vecinal y a avanzar en la estructuración del IEDF. La excepción fue el consejero Leonardo Valdés Zurita, quien abandonó esas tareas para irse de vacaciones. Fue la primera señal de una conducta que, a lo largo de seis años, frecuentemente habría de alejarse del compromiso con la institución, porque aquel personaje privilegiaba sus actividades académicas, previstas y admitidas por la ley, pero no al grado de ponerlas por encima de las tareas institucionales.

A esa conducta se unió la soberbia del consejero, pese a su carencia de obra importante que le diera apoyo a su ego. Renuente a emprender acciones contra los partidos políticos, particularmente en materia de fiscalización, se opuso al dictamen contra el PAN por haber rebasado los topes de gastos de campaña cuando postuló a Santiago Creel a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal. También rechazó la investigación al Partido del Trabajo, que reportó al IEDF la edición de millares de libros que nunca se imprimieron ni existían los talleres donde supuestamente se habían elaborado. Con su voto en contra, la investigación se realizó, el engaño se confirmó y, ante la fuerza de los hechos, no tuvo más remedio que votar a favor del dictamen respectivo.

Su ego exacerbado, sus posiciones encaminadas a complacer a ciertos partidos, su irrespeto a acuerdos con sus compañeros y la realización de negociaciones individuales sobre reformas al Código Electoral, motivaron que varios consejeros le perdieran la confianza y lo retiraran de la presidencia de la Comisión de Organización, que tenía desde recién creado el IEDF. No mucho después, en diciembre de 2004, Valdés presentó su renuncia al Consejo General del IEDF y, al no poder regresar a sus tareas académicas en la UAM -donde no tenía un buen ambiente-, se refugió en la Universidad de Guanajuato. De ahí salió para presentarse como candidato a consejero del Instituto Federal Electoral.

Ésta es una parte obscura de quien el jueves 7 de febrero fue elegido consejero presidente del IFE, presuntamente a propuesta del PRD y, según otra versión, empujado por PAN y PRI ante la debilidad del...

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