Eduardo R. Huchim / Desastre para la democracia

AutorEduardo R. Huchim

Yo estoy de acuerdo con Donald Trump. Bueno, más bien con un antiguo tuit suyo. Aquel de 2012 que decía: "El Colegio Electoral es un desastre para la democracia".

En efecto, un sistema electoral en el cual quien obtiene más votos ciudadanos no siempre gana una elección es un desastre. Un desastre que en 2016 propició otro: la llegada al poder de un hombre, Trump, cuyos antecedentes lo muestran como no apto para gobernar, menos todavía a un país como Estados Unidos, cuyo Presidente, sin hipérbole, puede causar un apocalipsis nuclear.

Hasta este martes, Hillary Clinton tenía un millón de sufragios más que Trump, pero fue éste quien obtuvo la victoria merced a los votos electorales (o de los 538 grandes electores), que son quienes definen victorias y derrotas en el sistema electoral estadounidense. Ahí, quien gana un estado (salvo dos excepciones) se lleva todos los sufragios asignados a ese estado, en tanto que el perdedor se queda con las manos vacías, aunque haya perdido por una diferencia ínfima. Así, gana quien obtiene al menos 270 votos electorales (290 conquistó Trump), sin importar el número de sufragios populares.

Todo ello propicia que quien triunfa puede ser un candidato sin mayoría de votos ciudadanos, como ocurrió en 2000 con Bush-Gore y ahora con Trump-Clinton. Por supuesto, hay quienes descalifican este sistema comicial y quieren tomar el camino más claramente democrático: un hombre-un voto y victorias por mayoría simple. Aunque no se avizora ese cambio en el futuro inmediato, la necesidad de reformar el sistema electoral estadounidense resulta muy evidente. El actual ensombrece la democracia.

Por otra parte, de cara al resultado favorable a Trump, hay más de 4.3 millones de personas que demandan no confirmar, en el Colegio Electoral, la victoria del candidato republicano. Ellos han firmado en la plataforma Change.org una solicitud para que los "grandes electores" voten, cuando formalicen la elección presidencial el 19 de diciembre próximo, por Clinton y no por Trump. Teóricamente tal cosa puede ocurrir porque, aun cuando los "grandes electores" tienen el compromiso de sufragar por el candidato triunfante en sus respectivos estados, pueden hacerlo en sentido diferente. De hecho, ha habido electores que han obrado así, pero nunca en la magnitud suficiente como para cambiar al triunfador.

Visto desde la perspectiva de mediados de noviembre de 2016, tal cosa tampoco va a ocurrir ahora, pero los...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR