Eduardo R. Huchim / A Coahuila vía Edomex

AutorEduardo R. Huchim

La elección mexiquense de 2017 causó daños que no se circunscriben a los resultados que, hijos de la inequidad y la compra de dignidades, llevaron a la Gubernatura a un personaje inmerso en acusaciones de corrupción (OHL, "Estafa maestra", caso Federico Gertz Manero) y rechazado por la mayor parte del electorado. Esos daños tampoco se limitan a la exhibición lastimosa de Secretarios de Estado (incluido un ex Rector de la UNAM) que participaron en una colectiva y pública violación al Artículo 134 constitucional.

Los daños de los comicios mexiquenses se amplían a la erosión que sufrieron el Instituto y el Tribunal electorales, cuya conducta en el proceso mexiquense aumentó su grado de no confiabilidad. No abundaré en el caso del INE, cuya fiscalización simulada fijó en 168 millones de pesos el gasto de la coalición "triunfante", pero sí me detendré en la sentencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que desestimó cuanta acusación importante se formuló contra Alfredo del Mazo y la coalición que lo postuló, y preparó el camino para una sentencia pro priista sobre Coahuila, cuyo proyecto ya circula entre los magistrados (Héctor Gutiérrez, Reforma, 03/10/17) y que, de ser aprobada, confirmará la inclinación de los magistrados por la consigna y la sumisión.

La sesión celebrada por la Sala Superior del TEPJF la noche del 14 de septiembre, será recordada como una de las más deplorables en su historia. En esa sesión, el TEPJF validó la elección mexiquense y confirmó la decisión del INE de no investigar las aportaciones millonarias e ilegales a la campaña de Del Mazo mediante una triangulación de recursos que la Iniciativa Ahora ha denominado "ciclo de corrupción". No sólo eso. A propuesta del magistrado Felipe de la Mata Pizaña, el Tribunal acordó perdonarle al PRI del Estado de México un pago de 3.6 millones de pesos por publicidad en Facebook que no fue reportada al INE, por lo cual el Instituto lo acreditó como gasto de campaña de Del Mazo (Zedryk Raziel, Reforma, 15/09/17).

La propuesta de De la Mata, a la que se opuso tenazmente el magistrado Reyes Rodríguez Mondragón, fue avalada por los restantes magistrados en una amplia discusión, práctica siempre deseable pero extraña en la actual Sala Superior. Sin embargo, más que debate, aquello fue un torneo de absurdos de los magistrados, incluida la presidenta Janine Otálora, en quien algunos veíamos una esperanza de conducta imparcial y democrática...

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