Eduardo R. Huchim / El Chapo en prisión y todo igual

AutorEduardo R. Huchim

En algunos rubros de la vida nacional, no hemos podido superar el aldeanismo, una de cuyas expresiones es la personificación de éxitos y fracasos colectivos. Si la Selección Nacional obtiene triunfos, el autor es el director técnico y si pierde, entonces hay que defenestrarlo porque él es el responsable. ¿Y el equipo? ¡Pamplinas!, el responsable es el DT.

Lo mismo en la política. Si se fuga El Chapo, el culpable es el Presidente y si se le recaptura, el éxito es suyo y hasta le cantan el Himno Nacional, en un deplorable exceso patriotero. Y lo cierto es que ni en un caso ni en otro tiene responsabilidad directa el jefe del Estado, como sí la tiene respecto de las políticas absurdas e irracionales que permiten la existencia de capos y de sus fortunas inmensas.

El Chapo es para unos el demonio criminal y para otros es casi un héroe. Una mirada de reflexión nos permite advertir que sí, El Chapo es un criminal y, por tanto, debe ser procesado. Pero también es un exitoso exportador y participa de un negocio, el narcotráfico, que trae al país miles de millones de dólares al año. Sé que sonará provocador, pero El Chapo es también un importante generador de empleos, si bien una parte de ellos -el sicariato, sobre todo- es inadmisible y debe ser reprimida. Pero la mayoría de las otras actividades inherentes a las drogas no son intrínsecamente delictivas: siembra, cultivo, transporte (por aire, mar y tierra), comercio, construcción, redes comerciales y de operaciones financieras caen en la ilegalidad por el prohibicionismo selectivo que rechaza mariguana y cocaína, pero acepta tabaco y alcohol. Y por supuesto, la noción prohibicionista impuesta desde el exterior rechaza considerar la regulación de actividades vinculadas a las drogas, aunque muy probablemente sin ellas tendríamos un problema agravado de desempleo y de intercambio comercial.

¿Cómo afectaría a la economía mexicana la interrupción del flujo de divisas que llegan por el contrabando de drogas? Tal freno quizá dañaría severamente las finanzas, si consideramos que el negocio de las drogas ilícitas representa en América (continente) y sólo en los mercados de venta minorista, alrededor de 151,000 millones de dólares al año (OEA, "El problema de las drogas en las Américas", 2013). Aun consciente de las diferencias, sobre todo las cruentas, la actitud del gobierno ante ese hecho a mí me recuerda el caso del sexoservicio, donde las sexoservidoras aportan recursos sustantivos a...

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