Eduardo Guerrero Gutiérrez / Déjà vu

AutorEduardo Guerrero Gutiérrez

En Tamaulipas, al parecer, la historia sí está condenada a repetirse. Los episodios de violencia que han sacudido al estado durante los últimos dos meses -balaceras, narcobloqueos, incendio de negocios- resultan tristemente familiares para los tamaulipecos. Desde 2010, los meses de relativa calma se alternan con escalamientos dramáticos de la violencia. La novedad es que este año la crisis encuentra más debilitado al estado. El repunte de la incidencia delictiva, especialmente de los secuestros, propició desde 2010 el éxodo masivo de la comunidad empresarial, y el cierre de muchos negocios. En un desesperanzador artículo publicado recientemente por el diario The Guardian se describe cómo los edificios del Centro Histórico de Tampico, para los que fue imposible encontrar nuevos inquilinos, quedaron abandonados y son invadidos lentamente por la vegetación. Debido al continuo asedio a los medios de comunicación, la cobertura de los eventos delictivos es muy limitada, lo que reduce la visibilidad de la crisis de la entidad, y la coloca en desventaja frente a otras que compiten por el apoyo de las agencias federales de seguridad.

La geografía condena a Tamaulipas. Por el estado pasa la mayor parte de las sustancias ilícitas que se internan a Estados Unidos desde México, o al menos así lo sugieren las cifras disponibles de decomisos (por ejemplo, de la cocaína incautada por Sedena de 2007 a 2013 en los estados de la frontera norte, el 56 por ciento corresponde a Tamaulipas). Para cualquier cártel resulta atractivo controlar este lucrativo flujo. Cuando en 2010 inició el conflicto con Los Zetas, el Cártel del Golfo, debilitado, replegó sus fuerzas a Matamoros y Reynosa, con el propósito de cobrar por el trasiego de drogas por ambas ciudades fronterizas; por su parte, Los Zetas se hicieron del control de Nuevo Laredo. Las poblaciones de la "Frontera Chica" (como Mier y Ciudad Miguel Alemán) quedaron como un territorio de constante conflicto entre ambas organizaciones, y han sido el escenario de algunos de los enfrentamientos más cruentos.

Sin embargo, la violencia se ensañó en contra de Reynosa y Tampico en abril y mayo de este año, pues en ambas ciudades se registraron, en conjunto, 109 ejecuciones en estos meses -64 y 45 respectivamente. En Reynosa, el arresto el pasado 1o. de abril de Jesús Alejandro Leal, El Simple, líder de la facción de "Los Metros", propició una incursión de "Los Ciclones", otra facción del antiguo Cártel...

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