Eduardo Cruz: Talento que corre por sus venas

AutorMarko Maya

Cuando apenas tenía 11 años, Eduardo Cruz tomó una guitarra española que sus padres tenían en casa. La inquietud que sentía por hacer música creció y finalmente definió lo que deseaba hacer para el resto de su vida.

Nacido en una familia de comerciantes, es el más joven de tres hermanos con reconocido talento artístico; las otras son las actrices Penélope, de 32 años, y Mónica, de 29.

De niño dedicó horas al estudio de la guitarra y no tardó mucho en cambiar su instrumento por uno eléctrico. Lo cual suena lógico, pues tenía como principal fuente de inspiración a Jimi Hendrix.

"Las clases me aburrían, detestaba los ejercicios. Lo que yo quería era tocar y tocar. Quería inventarme acordes, mi propio estilo, y hacerlo a mi manera", comenta.

Sin embargo, con todo y su ímpetu desenfrenado, aprendió a tocar además el bajo, los teclados y la batería, e incluso se convirtió en ingeniero de sonido.

Hoy, a sus 21 años, la música lo es todo y además, como reza su álbum debut, tiene Cosas Que Contar.

"Componer es lo más difícil. A veces, cuando termino de hacer una canción, me pregunto de dónde diablos vendrá. Me ha pasado que sueño una canción magnífica. Lo malo es que cuando despierto para apuntarla, se me ha 'olvidao'", dice entre risas.

A su ver, es un peligro tener un estudio montado en el hogar, pues el impulso por crear puede ser incontrolable. Casi todos los días hace canciones, a veces hasta siete seguidas.

"Es adictivo y no salgo. Incluso mi madre se vuelve loca, vivimos en la misma casa y casi no la veo", indica.

La noche de los Óscares

El cantante tiene ambiciones y expresa con seguridad que llegar lejos con su carrera es un objetivo que cumplirá con su trabajo.

Incluso dice que le encantaría experimentar lo que en su momento el cantautor Jorge Drexler vivió cuando le entregaron el Óscar por Mejor Canción Original gracias al tema "Al Otro Lado del Río", de la cinta Diarios de Motocicleta.

Premiación a la que, por cierto, Eduardo asistió y no precisamente en buenas condiciones.

"De pronto mi hermana se tuvo que levantar para presentar un premio y yo me fui al baño. No quería quedarme solo ahí junto a Prince y Brad Pitt. Cuando regresé no encontraba mi lugar, no había asientos desocupados. Por un momento no supe qué hacer y fue una situación muy rara.

"Lo que yo no sabía era que cuando te levantas, los organizadores ponen a gente para que no se vean huecos en la transmisión. Me reí mucho. Además traía un jet lag...

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