Eduardo Caccia / Panoptismo inquisitorial

AutorEduardo Caccia

Precaución: bailar en vacaciones puede hacerte perder tu trabajo. La profesora Clarissa fue despedida del Instituto Cumbre del Noroeste, colegio privado de Ciudad Obregón, luego de que se difundiera viralmente un video donde baila eróticamente en una playa de Los Cabos, durante sus vacaciones de Semana Santa. La directora del colegio lo consideró como "conducta inmoral". Los padres de familia, a decir de la rítmica indiciada, presionaron también de modo que Clarissa ya no tiene trabajo.

Solange Alberro escudriñó durante 18 años los archivos inquisitoriales novohispanos. En "Inquisición y Sociedad en México 1571-1700", da cuenta de su profusa investigación donde narra lo que era denunciado, perseguido y castigado por el tribunal del Santo Oficio. Desde delitos religiosos menores, reniegos, blasfemias, palabras y acciones escandalosas, poligamia, bigamia, solicitación, dichos contra la castidad, la virginidad y favorables a la fornicación, al amancebamiento, prácticas de magia y hechicería, uso de hierbas, procedimientos adivinatorios, entre otros, la vida colonial estuvo plagada por el miedo inquisitorial y por la delación. Si un vecino te vio usando hierbas "raras" en la cocina bastaba para que te delatara como sospechosa(o) de prácticas demoniacas.

Me imagino a la directora del colegio reunida con algunos padres de familia, todos escandalizados por un video que habla por sí solo, aunque de no haber video y suponiendo que tal evento sucedió en el siglo 16, tendríamos ahí a los severos inquisidores iluminados con una vela y claro, con la luz de sus buenas conciencias, apoyados por el "Malleus Maleficarum" y el "Flagellum Demonium", escuchando a un testigo delator: "...y visto lo cual, la mujer arropada, o mejor dicho, desarropada con minúsculas e impúdicas prendas, agitó ante la multitud su cuerpo en formas que alentaban el deseo por la carne, y enseguida, como poseída de malas artes, acercose a un varón para mostrarle obscenamente los glúteos mientras su cuerpo era presa de señales impúdicas, pecaminosas y eróticas".

Uno de los castigos inquisitoriales era el paseo infamatorio para provocar "vergüenza pública" (práctica que sigue vigente en nuestros días a través del bullying) mientras se administraban azotes al reo al tiempo que sus delitos eran pregonados...

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