Eduardo Caccia / Manipulación simbólica

AutorEduardo Caccia

Inicia así: "El cambio verdadero del país comienza por cambiar (sic) la forma tradicional de intervenir en los asuntos públicos". Se trata de la "Declaración de principios de Morena", un documento que consigna muy buenas intenciones. El problema, sin embargo, con la mayoría de los políticos es que una cosa es lo que comunica su fachada (léase promesas, declaraciones, postulados, principios) y otra lo que sucede en realidad. En el escenario gobiernan los actores (el sustantivo es preciso), tras bambalinas las personas, sin máscara ni maquillaje.

Quienes llegan con renovados bríos al poder argumentan que no serán como sus antecesores que... y viene una letanía de fechorías y mañas que, según los nuevos, se acabaron, ¡no más! La evidencia muestra que parece haber una competencia por demostrar quién es peor, o quién es más cínico. Ejemplo: calificar de corrupción cuando otros reciben dinero al margen de la ley, y de "aportación" cuando lo reciben los de casa.

El PRI se apropió de los colores de la bandera de México, vil madruguete, abuso sin fisuras legales (las leyes las hicieron ellos) tan primitivo y eficaz como su discurso político en campaña durante años: "Vota así" junto a una equis negra sobre su emblema partidista. La oposición, naturalmente, quiso que el partido dominante cambiara sus colores, no pudo. Ahora vemos al gobierno de la Ciudad de México usando, para las festividades patrias de septiembre, el águila juarista, un símbolo asociado a Morena. ¿Es ilegal? No, tal como ha declarado la jefa de Gobierno, no es parte del escudo del partido Morena y lo usa como "una recuperación de la memoria histórica". Además, la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales no lo prohíbe; regula, sí, el uso del Escudo Nacional, pero el águila juarista no es tal.

Se trata, sin embargo, de una mañosa apropiación simbólica que aprovecha lagunas en la ley, pues ésta debería limitar el uso de escudos nacionales con fines de recuperación histórica en los casos en los que pudiera crear competencia con el Escudo Nacional o al haber elementos que supongan la intención de hacer proselitismo. Ciertamente el águila juarista no es parte oficial del partido en el poder, pero sí uno de los símbolos que Morena y su líder de facto han usado. Las mismas mañas priistas.

Los símbolos nos ayudan a retener imágenes y por lo tanto a disparar narrativas al asociarlas con significados que emanan de ellos. Por ello, un símbolo nunca es nada más...

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