Eduardo Caccia / La incertidumbre

AutorEduardo Caccia

Para Nacho Calderón L.,

habitante de las preguntas.

Los ataques terroristas de ayer hace veinte años renovaron con brío una de las condiciones de la vida, la incertidumbre. No sólo cayeron edificios insignia, también se cimbró la estructura de la certeza, si acaso tiene una, pues de alguna forma los vaivenes de la historia muestran periodos de estabilidad y rupturas, momentos para replantear el estado de las cosas e incluso el sentido de la vida. La pandemia que aún padecemos es muestra de ello. Entender la incertidumbre como condición permanente y no pasajera, podría sumar no sólo a nuestra estabilidad emocional sino a tener mejores formas de encarar el futuro.

Aceptar la incertidumbre como compañera de viaje hace que pasemos de combatirla a tenerla como recurso. La diferencia es abismal. Quizá esto sea menos fácil de entender para las generaciones jóvenes, acostumbradas a certezas inéditas, tanto en aspectos trascendentes como en cuestiones banales. Buscar un domicilio hace cuarenta años requería paciencia, intuición y hasta suerte. ¿Hace cuánto tiempo no bajas la ventanilla del auto para preguntarle algo a un peatón? Ahora existen aplicaciones que te guían de un punto a otro, alimentan la certeza, esa sensación de estar en control.

Otrora, el parto de un bebé presuponía un momento de sorpresa en cuanto al género de la criatura, tenía una dosis de incertidumbre. Hoy la tecnología permite que los padres conozcan anticipadamente si tendrán niña o niño. Para algunos sectores de la población existen rituales exóticos llamados "gender reveal" (el anglicismo es odioso, pero condicionante en la práctica). ¿Es que ahora se está menos preparado para aceptar la incertidumbre? ¿O tal vez son pequeñas victorias de certeza personal, ante un mundo incierto?

La tecnología aumenta nuestra sensación de control, por ende, de certidumbre. Vivimos por instrumentos. Lo que hoy nos parece incierto sería fuente de certeza para otras generaciones. El no-saber de ayer dio como resultado la creación de seres míticos; había que pedirle a un dios de la lluvia para que regara las cosechas. El saber de hoy predice, con razonable aproximación, las posibilidades pluviales. Aun así, sentimos incertidumbre por el cambio climático. El punto es que la incertidumbre siempre ha estado ahí.

En el final de la obra de teatro El embustero en su enredo, de José Ricardo Morales, el protagonista dice al final: "vivo en este mundo de todos que...

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