Iniciativa parlamentaria que reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones de la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable, para construir una estrategia que logre frenar el acelerado deterioro de los ecosistemas forestales del país y permita revertir la tendencia que ha significado la pérdida de áreas boscosas, lo cual ha profundizado el empobrecimiento de las comunidades rurales., de 15 de Noviembre de 2012

Que reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones de la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable, a cargo de la diputada Graciela Saldaña Fraire, del Grupo Parlamentario del PRD

Planteamiento del problema

México cuenta con una vasta superficie de más de 85 millones de bosques y otras tierras boscosas 1 . En estas tierras forestales se encuentra una de las mayores diversidades biológicas del planeta. Además, de que éstas tienen una importancia clave por los productos forestales maderables y no maderables, así como los servicios forestales que proveen.

La historia forestal del país indica, que el sector forestal fue olvidado por las políticas públicas de la mayoría de los gobiernos en turno. Esto propicio que buena parte de las regiones forestales del país sufrieran procesos serios de deterioro de sus tierras forestales, dilapidándose su potencial forestal para el desarrollo de las comunidades que ahí habitan.

Aunque se puede reconocer, que con la creación de la Comisión Nacional Forestal, en 2001, se ha buscado revertir esta historia, es tal la problemática de deterioro del sector en su conjunto, que los esfuerzos realizados son todavía insuficientes.

El presupuesto destinado a la Comisión Nacional Forestal (Conafor) se amplió drásticamente durante la presente administración: en 2001, fecha de su fundación, fue de 283.6 millones de pesos y en 2012 cuenta con un presupuesto de 6 mil 812.7 millones de pesos.

A pesar de los presupuestos crecientes de la Conafor, una de las principales críticas a la institución, es que ésta sólo rinde cuentas al gobierno central y no existen todavía los procedimientos necesarios para favorecer la participación de los gobiernos locales y organizaciones de productores. Lo que necesariamente se va a expresar en una baja calidad del gasto realizado.

Además, en el caso forestal, no se observa una política integral de desarrollo rural sustentable de la administración federal en su conjunto, que profundice y de respuesta verdadera y contundente a las causas de estos fenómenos, como son la pobreza y marginalidad.

Claro ejemplo de lo antes expresado, es que, los programas implementados por la Conafor, son todavía notoriamente exiguos para recuperar la cubierta forestal, que año con año se pierde. Esto aun aceptando la cifra oficial de la tasa de deforestación de 155 mil hectáreas anuales entre el año 2005 y el 2010. Aunado a esto, existen zonas de gran importancia por su biodiversidad y servicios ambientales, donde el clandestinaje forestal se expresa verdaderamente como crimen organizado y la Profepa se encuentra totalmente rebasada.

Por ello, se observa con preocupación, que el deterioro de los bosques y selvas sigue sin lograr contenerse en el país. En esto se indica no sólo la deforestación, sino también del avance día a día de la pérdida de bosques y selvas naturales sustituidas por bosques y selvas secundarias, con la consecuente pérdida de espacios de vida para un sinnúmero de especies de la vida silvestre.

No se manifiesta, que se combata verdaderamente el rentismo forestal, donde las comunidades forestales mal venden sus recursos forestales a verdaderos talamontes. Es una realidad, que no se está multiplicando a la velocidad que se requiere el desarrollo forestal comunitario, para combatir el rentismo y para que las comunidades forestales sean verdaderamente beneficiarias de sus recursos forestales.

Por ejemplo, conforme al quinto informe de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), de mil 650 ejidos y comunidades apoyados durante el periodo 2007-2010, se presentan 374 ejidos y comunidades que venden su madera en pie al rentista (22.7 por ciento). Por otro lado, se presentan 796 ejidos y comunidades que son productores potenciales (48.2 por ciento), es decir que no aprovechan sus bosques y selvas. Es decir, casi un 71 por ciento de los ejidos y comunidades o no están organizados para la producción forestal o son presas del rentismo.

Esta cifra contrasta con el otro 29 por ciento; los 253 ejidos y comunidades con productores de materias primas forestales (15.3 por ciento); y los 277 ejidos y comunidades que son de productores con capacidad de transformación y comercialización, el 13.7 por ciento.

Se puede aseverar, que las instituciones gubernamentales no registran ni procesan información acerca de las superficies forestales que se encuentran bajo esquemas de manejo forestal. Sin embargo, con la información disponible se puede inferir, que las superficies forestales bajo algún tipo de manejo son pequeñas con relación al tamaño del problema.

Por ejemplo, en el 6o. Informe de Labores de la Semarnat se señala que durante el periodo 2007-julio de 2012, se incorporaron sólo 6.2 millones de hectáreas al ordenamiento forestal comunitario. Es decir, alrededor del 7 por ciento de los 85 millones de hectáreas de las tierras boscosas del país.

También se informa, que en ese mismo periodo se apoyó la formulación de programas de manejo para el aprovechamiento de productos maderables, no maderables y de vida silvestre que involucran una superficie de 8.4 millones de hectáreas, casi el 10 por ciento de la superficie forestal del país.

Por otro lado, el 6o. Informe de Gobierno señala, que se estima que con el programa ProÁrbol de la Comisión Nacional Forestal, entre 2007 y 2012 se habían sembrado más de mil 930 millones de árboles en 2 millones 180 mil hectáreas".

Conforme al Objetivo 3.4.3. del Programa Sectorial de Medio Ambiente y Recursos Naturales 2007-2012, se tenía como meta sexenal el reforestar 2.4 millones de hectáreas. Por tanto dicha meta no se estaría alcanzando.

Más allá de que no se alcance a realizar dicha meta sexenal, se considera, que las actividades de reforestación han sido utilizadas más como una política mediática, en especial en foros internacionales, que de impulsar el cuidado de la cubierta forestal del país, por lo que su eficacia como vía para el incremento de la superficie forestal está cuestionada.

Es cierto, que en muchos sitios del país se sembraron plántulas de árboles y otras especies vegetales, pero con grandes tasas de mortalidad, es decir, pocos de los millones de árboles sembrados fueron viables para llegar a vivir su ciclo biológico completo. Existe opacidad y falta de precisión de los resultados oficiales, por ejemplo sobre la magnitud de cuantas plantas usadas en actividades de reforestación hayan sobrevivido, lo que es un hecho es que aun con estimados conservadores, alrededor de 53.3 por ciento 2 de las plantas mueren en sus primeras fases de crecimiento. Esto indicaría que se perdieron alrededor de 1, 028 millones 690 mil árboles después de ser sembrados, por lo que estaría en duda la magnitud real de la superficie reforestada.

Algunas de las causas son, que hay falta de articulación de los programas de reforestación con una visión amplia de desarrollo forestal, incluso mucha de la actividad de reforestación no está articulada con los intereses de las comunidades en donde se realiza, como son la producción de madera, la provisión de leña y otros; esta problemática tiene causa en múltiples problemas de ejecución y, sobre todo, en la asignación de metas cuantitativas excesivamente altas, en detrimento de la calidad técnica y de la apropiación, planeación, ejecución y evaluación de dichos programas. Además, en muchos casos las especies sembradas son invasoras a los ecosistemas que se pretende restaurar.

Adicional a ello, el sector forestal enfrenta una gran crisis recurrente que se refleja en una producción forestal menor y generación de empleos con relación al potencial forestal del país, impactando de manera negativa en la población rural del país.

Por lo expuesto, es necesario construir una estrategia que logre frenar el acelerado deterioro de los ecosistemas forestales del país y permita revertir la tendencia que ha significado la pérdida de áreas forestales durante un prolongado periodo de tiempo, lo cual ha profundizado el empobrecimiento de muchas comunidades rurales.

En general existe el convencimiento de que es necesario un cambio de rumbo en la política forestal del país que permita hacer extensivas las prácticas de manejo forestal sostenible en todas las comunidades dueñas de terrenos forestales. Es decir, diseñar y poner en práctica una política forestal basada en el esquema de manejo forestal comunitario.

Por ello, se considera, que el principal eje de política pública al respecto debe ser el fortalecer el manejo forestal comunitario. Donde son las propias comunidades poseedoras de los bosques y selvas quienes deben decidir sobre ellos. En todo caso, lo que deben realizar los gobiernos de los tres órdenes es reforzar las habilidades y conocimientos que requieren las comunidades para la planeación, manejo, mejoramiento y aprovechamiento sostenible del bosque. Solo así se puede contener la deforestación, en sus causas. Dentro de esa política pública se puede continuar con la reforestación pero debe ser dentro de un concepto de manejo integral forestal, donde se engloba desde los aspectos de producción, conservación y la propia restauración de los bosques y selvas.

Estas tesis han sido presentadas en diversos documentos, como el publicado en el año 2005 "Hacia una estrategia de protección de los recursos forestales mexicanos basada en el manejo forestal comunitario" por el Grupo G-Bosques, a nombre de las 14 principales organizaciones de productores forestales y organizaciones no gubernamentales del país relacionadas con el tema del medio ambiente y los recursos naturales.

Debe agregarse a lo anterior, que hasta ahora el marco normativo y las regulaciones impuestas a las comunidades y ejidos en donde se encuentran las tierras forestales no han logrado los resultados esperados. Como una forma de contribuir desde el legislativo a atender algunos de los problemas anteriormente expuestos, esta iniciativa recoge algunos de los planteamientos expresados en su momento por otras iniciativas legislativas de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR