Ecos de viaje / ¡A volar palomas!
| Autor | Adalberto RÃos |
En Guatemala
En muchas plazas del mundo la concentración de palomas es parte de su atractivo, especialmente para los pequeños que disfrutan al verse rodeados por las aves.
Las palomas acuden por alimento, por ello es común que, frente a la Scala de Milán o la Plaza de San Marcos aparezcan vendedores de granos para alimentarlas.
En la capital de Guatemala sucede lo mismo. Frente a la Catedral y el antiguo Palacio Presidencial, hoy convertido en museo y Palacio Nacional de la Cultura, un hombre recibe el saludo de las palomas, que esperan a que los encargados de limpieza lleguen con el paquete lleno de alimento.
Todo con el fondo del palacio de mil puertas inaugurado por el dictador Jorge Bico en 1943, quién festejaba sus cumpleaños inaugurando edificios.
El señor de las palomas
La capital potosina tiene varias plazas que conjuntan edificaciones de primer orden. La Plaza de Armas de San Luis Potosí, además de su Catedral y Palacio de Gobierno, tiene un nuevo símbolo, la estatua en memoria de don José Moreno Díaz, un personaje de esos que se convierten en símbolos de barrios.
Cuentan que don José llevaba migajas o maíz quebrado para darlo a las palomas, costumbre que se volvió práctica cotidiana, dos veces al día, a partir de su jubilación.
Dicen que las palomas literalmente lo cubrían y que encabezó un movimiento para evitar su exterminio, cuando los daños a los monumentos atribuidos a las mismas se hicieron patentes.
El monumento, obra del maestro Mario Cuevas, rememora un símbolo de la ciudad que se ha incorporado al corazón de San Luis armónicamente. Actualmente los encargados del aseo depositan maíz alrededor de la escultura, dando continuidad a la tradición.
Paloma regia
La ciudad de Monterrey cambió parte de su fisonomía cuando se construyó la Macroplaza, en el corazón de la urbe.
Fuentes, áreas jardinadas, un estacionamiento subterráneo y nuevos edificios, como el Teatro y la Biblioteca, fueron los nuevos vecinos de la Catedral, el Palacio de Gobierno y el Edificio de Correos.
También aparecieron nuevos monumentos de renombrados artistas, como el Faro del Comercio, de Luis Barragán, y el Sol de Monterrey, de Rufino Tamayo.
Uno de los aciertos de la nueva plaza fue la edificación del Museo Marco, que se ha convertido en un centro cultural con vida propia.
El Museo tiene frente a su...
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