Ecos de viaje / Cosechas de progreso

AutorAdalberto Ríos

Cuando los seres humanos dejaron la vida nómada, además de construir viviendas levantaron lugares dedicados a preservar la cosecha que les permitiría sobrevivir hasta el siguiente ciclo. Al andar por los caminos del México y el mundo, estos sitios aparecen de vez en cuando.

Símbolo de Asturias

A partir del año 1300, comenzaron a aparecer en los verdes y jugosos prados asturianos singulares construcciones elevadas sobre cuatro columnas y destinadas a guardar los granos, hortalizas, frutas, el pienso y los valiosos aperos agrícolas.

La parte baja de la construcción servía también para proteger carros, leña y otros utensilios de las inclemencias del tiempo.

Los hórreos de Asturias y en general los del noreste de la Península Ibérica se construyen con madera de roble o castaño y su techo, con terminación en pico, se cubre con tejas.

La actividad agrícola y ganadera continúa desarrollándose de manera vigorosa sumándose el turismo que disfruta de la sidra, la fabada y los deliciosos quesos de la región.

Además de un agradable regalo a los ojos, los hórreos son un símbolo de Asturias.

Afortunadamente ahora están siendo protegidos, ya que algunas acciones "modernizadoras" los afectaron durante algún tiempo.

Las trojes de Michoacán

Las trojes michoacanas de la Meseta Purépecha son hermosas construcciones de madera, con techo de tejamanil que durante siglos guardaron los frutos del campo e incluso sirvieron como viviendas.

Al igual que los hórreos asturianos, las trojes de Michoacán no requieren de tornillos ni clavos, ya que se ensamblan a la perfección y pueden cambiarse de un sitio a otro.

Las tierras de Angahuan solían estar cubiertas por trojes. Semejante paisaje era un atractivo adicional para los viajeros que visitaban el volcán Paricutín. Hoy sólo quedan unas cuantas, pues han sido desplazadas por horrendas casas de adocreto. Incluso algunas tienen vidrios polarizados y molduras doradas.

Ojalá las trojes volvieran a engalanar las bellas tierras michoacanas. No por mera nostalgia, sino con el fin de rescatar la funcionalidad de las trojes, sus cualidades térmicas y su indudable belleza.

Un bello intento fallido

A mediados de los años 60 la Conasupo intentó crear una red de silos, lugares subterráneos donde suele guardarse el trigo u otros granos, semillas o forrajes.

Para 1972 aparecieron en el panorama de 21 estados alrededor de 3 mil 358 graneros cónicos...

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