Ecos de viaje / De callejoneada

AutorAdalberto Ríos

Con sabor medieval

Gerona, en Cataluña, es una hermosa ciudad a 99 kilómetros de Barcelona, cuya historia está plasmada en sus muros y callejuelas que compendian la presencia romana, musulmana, judía y desde luego de pueblos ibéricos.

Su catedral, los baños romanos y la perspectiva de casas asomadas a la ribera del río Oñar, son motivos más que suficientes para visitar el destino.

Pero hay que agregar la experiencia de caminar por sus callejones medievales y saberse inmerso entre muros llenos de historia.

Los pasadizos son característicos de La Judería, el barrio donde se localiza El Call Jueu, lugar que habitaron los hebreos hasta su expulsión en 1492 y que se reconoce como uno de los asentamientos medievales mejor conservado de Europa.

Emblema guanajuatense

Guanajuato es un prodigio de callejuelas y construcciones prendidas de sus ricos cerros.

En el Cerro del Gallo está el célebre Callejón del Beso, una estrecha vía de apenas 68 centímetros de ancho en la que los balcones están a la distancia de un abrazo y el respectivo beso.

Quienes llegan a esta ciudad buscan como peregrinos el lugar, hecho que me parece más estimulante que el tétrico, morboso e irreverente espectáculo de fiambres momificados.

Espero que el amor triunfe y los viajeros celebren la vida que, según la leyenda, le costó a Don Carlos, ensartado por el intolerante padre de Doña Ana.

De espíritu innovador

Melbourne, como toda Australia, se distingue por su espíritu innovador y orgulloso de lo propio.

Los vecinos de las modernas edificaciones junto al río Yarra son callejones que si se hubieran quedado sólo con sus grafitis lucirían sórdidos e...

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