Economía sobre Ruedas

AutorRoberto Avilés

¡Defiendan el mercado nacional!

Los que están realmente decepcionados del Gobierno mexicano son los empresarios automotrices pues aún no conciben el famoso decreto de regularización de los autos chocolate.

En un pronunciamiento que no tiene antecedentes en la historia reciente de la industria automotriz de América Latina, los distribuidores de Argentina, Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Uruguay y Republicana Dominicana, agrupados en la Asociación Latinoamericana de Distribuidores de Automotores (ALADDA), se sumaron unánimemente a las quejas de los empresarios automotrices mexicanos.

Durante la celebración de la Asamblea General de su máximo órgano de representación, que tuvo verificativo en Brasil, analizaron las políticas instrumentadas por los diversos gobiernos de la región.

De este análisis se desprendió una alerta generalizada en torno a los efectos que provoca la ausencia de políticas públicas que incentiven a los mercados internos de cada país e impidan el ingreso indiscriminado de contrabando automotriz.

En el evento se analizaron, con especial énfasis, los efectos de la apertura comercial sin regulación, sobre los mercados de Perú y Bolivia en los que prácticamente desapareció la industria automotriz, con el consecuente envejecimiento de su parque vehicular y la multiplicación del fenómeno de los autos chatarra y la venta de vehículos robados en otros países.

También se examinó el caso de Uruguay, cuyo gobierno se vio en la necesidad de instrumentar mayores penalizaciones para el contrabando e intensas campañas de persecución de las bandas de contrabandistas.

Los efectos de la apertura comercial de autos usados en México, señalaron los ponentes, podrían ser más graves por su vecindad con los Estados Unidos y la gran cantidad de unidades baratas que éste país genera.

Sin duda, la razón les asiste a los distribuidores automotrices latinoamericanos. No obstante, para el caso mexicano, es menester recordar que la próxima entrada en vigor del apartado comercial de autos usados del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN) en el año 2009 obliga a las autoridades a ser más tolerantes.

En el mediano plazo, cuatro años para ser exactos, la entrada de vehículos usados será inevitable y, lejos de cerrar las fronteras, las autoridades deberán tomar medidas tendientes a incorporarlos al parque vehicular nacional.

Precisamente, el decreto que permite la importación de autos usados con antigüedad de 10 a 15 años, publicado el 22 de agosto...

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