Economía de mercado y justicia social

AutorHilario Barcelata Chávez
Páginas220-222
La Economía Mexicana. Crisis y reforma.
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Hilario Barcelata Chávez
220
abandonando la idea de que quienes no coinciden con su visión de la economía son
enemigos de la reforma económica y por tanto, enemigos de México.
Todo esto es algo que, con buena fe, se podría entender del mensaje presidencial.
Falta saber dos cosas:
1.- A quiénes aceptará como interlocutores para la discusión del proyecto económico.
2.- Cuál es la posición del gobierno respecto a los cambios que sugieran los
interlocutores y en este sentido, hasta dónde está dispuesto el gobierno a ceder en
materia de cambios a la política económica.
La estrategia de Zedillo es sencilla. Busca el diálogo, para ganar consenso. Busca
diálogo para relegitimar su gobierno. Bien porque quiere seguir gobernando con los
niveles de paz social que hasta ahora se han dado. Bien porque los rumores sobre su
renuncia ya le hicieron percatarse de su real debilidad como mandatario nacional. Bien
porque la falta de consenso puede conducir a reducir los espacios del diálogo nacional,
de la armonía social y, de ahí a la represión o a la renuncia.
Evidentemente es necesario un diálogo nacional. No sólo para replantear el proyecto
económico, sino para replantear al país. El problema es que los espacios que el
gobierno puede ceder son muy estrechos como para poder hablar de cambios
trascendentales. No sólo porque como gobierno defiende políticamente un proyecto
detrás del cual hay grupos de interés muy fuertes. Sino, también porque muchos de
los acuerdos que ha celebrado a nivel internacional y las modificaciones a la
Constitución y otras leyes hacen imposible que pueda aceptar muchas de las
propuestas de la sociedad que, por cierto, ya se sabe qué quiere y cómo se puede
lograr.
Vista la invitación desde una perspectiva más histórica y esperanzadora podría ser el
inicio para reconstituir una real transformación económica, política y social del país. Lo
que necesariamente tendría que pasar, al menos, por: a) elaborar una nueva
Constitución y b) reformular los acuerdos y compromisos que a nivel internacional ha
hecho el país y que le impiden un manejo autónomo de su política, sobre todo, a la luz
de esa nueva Constitución.
Sin ello, no avanzaremos mucho. La invitación no pasará de ser un acto de fina
demagogia y el país seguirá su camino de deterioro hasta que la fuerza del destino
imponga los nuevos rumbos que habremos de vivir.
ECONOMÍA DE MERCADO Y JUSTICIA SOCIAL 4 de julio de 1996
El lunes primero de Julio, dijo el Presidente Zedillo que el modelo económico que
actualmente aplica su gobierno no se contrapone a la justicia social. Que no existe
contradicción entre una economía de mercado y una buena política social y
redistributiva. Dijo, también, que la economía de mercado permitirá remediar la
pobreza y la desigualdad social, así como satisfacer la demanda de empleos y mejores
salarios.
En teoría, el discurso oficial suena coherente y lógico. Por desgracia, en la práctica no
es, ni lo uno ni lo otro. En México, tenemos ya trece años de aplicación de un modelo
que se sustenta en la economía de mercado y, hasta la fecha, no sólo no ha logrado
resolver los problemas de inflación y propiciar el crecimiento económico con
estabilidad que son sus objetivos prioritarios. Mucho menos ha alcanzado otros
objetivos que no tiene a su alcance como es la justicia social. Por el contrario, el
modelo económico, ha agudizado los problemas de pobreza y ha propiciado una
profunda caída de los niveles de bienestar de toda la población.

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