Para echarse los prohibidos

La nueva instalación participativa de Tania Candiani fundamenta su encanto en un hecho probado: Hay pocas cosas tan invitantes al gozo como una pista de baile. Es por ello que, en el patio central del Museo Kaluz, la artista dispuso no una sino nueve tarimas para que los visitantes saquen sus mejores pasos, o aprendan nuevos ritmos, sin importar si llegan solos, en pareja, o en grupo. Titulado, sencillamente, Pista de baile, se trata de un proyecto comisionado por el recinto de Avenida Hidalgo 85, a un costado de la Alameda, para estrechar sus lazos con la Colonia Guerrero, hogar de míticos templos para la vida nocturna como el todavía chispeante Salón Los Ángeles y el añorado Salón México. "Poder llegar a un espacio como el Kaluz, que está en medio de este barrio tan vivo, desde una multiplicidad de géneros y sonidos, que le hablan directamente al alma del barrio, me parece precioso", festejó Candiani en un recorrido...

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