Ebrard frente al espejo

AutorManuel Durán

Un día a la semana, Marcelo Ebrard se observa en el espejo de sus encuestas.

Cada sábado, Pedro Valencia recoge las opiniones de los capitalinos sobre el gobierno del Distrito Federal, y aprovecha para medir también la imagen de su jefe.

En las encuestas sabatinas -aplicadas rigurosamente a mil 200 capitalinos en sus domicilios- nunca falta una pregunta para evaluar a Ebrard.

Se miden los atributos y popularidad del jefe de Gobierno; se pregunta por qué acciones es recordado en la semana previa y se cuestiona a los capitalinos si consideran correcta la forma en que reaccionó ante escándalos y errores de su administración, como el caso News Divine o el secuestro y muerte del joven Fernando Martí.

El 12 de julio pasado, se llegó a preguntar si los ciudadanos aprobaban o desaprobaban que el jefe de Gobierno pretendiera realizar una consulta en torno a la iniciativa del presidente Felipe Calderón en materia petrolera.

Cada lunes, al escritorio de Ebrard llegan los resultados del sondeo correspondiente.

Así, ha podido comprobar que en este 2008 su calificación se ha estancado entre 6.3 y 6.6, puntuación que, en la escala del propio sondeo, significa estar aprobado "de panzazo".

Herencia de AMLO

Valencia no es un improvisado. En el directorio del GDF aparece como coordinador general técnico de la Jefatura de Gobierno y tiene un sueldo equivalente al de subsecretario de gabinete (79 mil 359.28 pesos mensuales, apenas 4 mil 707 pesos menos que Ebrard).

Es una herencia de la pasada administración, en la que aparecía en nómina como director técnico de la coordinación técnica, con un sueldo de más de 75 mil pesos netos al mes. Fue el responsable de las encuestas semanales de Andrés Manuel López Obrador que, según información de Reforma, sumaron 262 entre el 2001 y el 2005.

En aquellos sondeos se demostraba que López Obrador nunca estuvo muerto en la carrera presidencial, pues reflejaban que cada semana era más popular, más fuerte políticamente, casi "indestructible", como él mismo se definía.

Valencia se quedó en el GDF para hacer el mismo trabajo: coordina la elaboración de las preguntas, la logística, el procesamiento de frecuencia, impresión y entrega de resultados; su equipo organiza a los encuestadores en campo y supervisa la correcta aplicación del sondeo. Al menos 20 encuestadores van casa por casa en el punto asignado, según un informe de esa oficina, emitido para una solicitud de información.

Pero a diferencia de López Obrador, el jefe al que ahora sirve no se da por muerto. Ebrard destapó desde el inicio su deseo de ser Presidente. Sus encuestas reflejan el interés por su imagen y la percepción que de él tiene la gente.

Pregunta a los capitalinos si le ven preocupado o no por los pobres, si le consideran demócrata o antidemocrático, si es capaz o incapaz, si es honesto o deshonesto.

Se mide en relación con sus principales adversarios políticos y compara su administración con la aceptación de los programas federales en la ciudad.

El mismo presidente Felipe Calderón tiene espacio en estas encuestas: El 10 de mayo se preguntó a los capitalinos: la semana pasada el presidente Calderón anunció una nueva política social llamada "Vivir Mejor", ¿qué tanto cree que esos programas beneficien a los habitantes de la Ciudad de México. Muchísimo...

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