Al niño que se duerme...

AutorCarla Guerrero

EL NORTE / Enviada

TEHUIXTLA, Morelos.- Sebastián dejó en casa los juegos de video para vivir una aventura más allá de lo virtual con motivo de su cumpleaños número 8: el rafting o descenso en ríos.

Con un poco de desconfianza mira la corriente del río Amacuzac, cuyas aguas, a pesar de ser color chocolatoso, invitan a refrescarse del sol morelense.

La balsa neumática espera a la orilla del río. El casco y el chaleco salvavidas le dan a Sebastián una seguridad permanente. Ha puesto atención a las indicaciones del guía y sabe cómo remar, cómo flotar y qué hacer en caso de caer al agua. Su primera experiencia en este deporte extremo no puede salir mal.

El rafting se ha convertido en una actividad para todos, incluso para pequeños como Sebastián. El río Amacuzac es considerado nivel 1 y 2, es decir, sus corrientes son tranquilas y es 100 por ciento navegable, por lo que este deporte extremo tiene una seguridad garantizada.

La aventura inicia desde la llegada. A 15 minutos de Cuernavaca está el campamento AventuraT, acondicionado en una antigua zona calera y con una extensión de 2 hectáreas. Aquí se han llevado a cabo labores de reforestación y se promueve una cultura del reciclaje, como es el separar la basura orgánica e inorgánica.

Melitón Cross, fundador y guía de AventuraT, comenta que todo lo que se consume en el campamento es producido por ellos mismos, de ahí que después del descenso en el río se disfrute de una botana de jícamas, zanahorias y fruta del pan (una especie de papaya cuyo sabor es una combinación de mango y plátano), así como una comida con carne, tortillas recién hechas y agua de jamaica.

Diversión extrema en el río

Mauricio es uno de los guías de AventuraT; junto con el pequeño Sebastián y otros cinco aventureros, se prepara para recorrer 5 kilómetros del Amacuzac.

Más adelante, en la parte baja del río, la corriente es mayor y alcanza un nivel 5, pero sólo se navega si se ha tenido una experiencia previa en el rafting.

Lo primero que hace Mauricio es lograr que Sebastián y sus acompañantes pierdan el miedo al agua.

A bordo de la balsa los lleva hasta una pequeña cascada y a un brote de aguas...

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